Dicen los que saben que desde antaño se sabe lo
que ahora también se sabe. Porque lo que se sabe es un conocimiento tan grande,
que es imposible negarlo. Se puede decir que no se sabe, pero se miente, porque
el propio cuerpo, incluso, conciente o inconcientemente, lo sabe.
Es terrible, pero innegable.
Ahora sabemos que la tierra dejará
de rotar sobre su eje, continuará merodeando al sol año tras año y bailando con
la luna, pero ya no girará. Ya no habrá más noches ni días, equinoccios ni
solsticios. Nada.
Sabemos que sólo habrá muerte,
muerte y más muerte.
Pero, por suerte, no será mañana, ni
hoy ni el día siguiente, cuando la tierra deje de girar. Será dentro de miles
de años, o tal vez menos. Eso sí que nadie lo sabe, pero todos están de acuerdo
en que si la tierra deja de girar, los océanos se evaporarán de un lado y se
congelarán del otro; los continentes se transformarán en helados desiertos de
un lado y del otro serán tan ardientes que la arena fluirá como un mar inconmensurable.
A mi no me importa, porque sé que no
viviré tantos miles de años como para ver eso que dicen los que saben que
pasará. Y como nací sin genitales por una malformación genética provocada por
la contaminación de las napas más profundas de agua, con grandes cantidades de
plomo y mercurio, sé que mi familia se acaba conmigo. No tendré hijos ni
descendientes de ningún tipo que hereden lo que quede de tierra. Y no me
importa.
El hombre es un animal hijo de puta
que sólo se preocupa por su propio beneficio.
Por eso destruye.
Por eso contamina.
Por eso mata.
Por eso esclaviza sin miramientos.
El hombre me hizo lo que soy,
fructificó el odio en mi interior y ahora, cuando veo las manifestaciones de
dolor y desamparo en los rostros de los políticos que dan largos discursos para
decir que no saben qué hacer para paliar la situación, yo río. Yo me río con
grandes carcajadas frente a sus rostros compungidos sin importarme el que me
tomen por loco. Y si lo estoy tampoco me importa. Porque tengo mis razones para
reír, por que yo sé cosas.
Sé, por ejemplo, que los verdaderos locos
son los que todavía creen en el futuro.
6 comentarios:
Si alguien sabe que la imagen tiene copyright, o saben el nombre del autor, me lo dicen y lo agrego en el post.
No sea cuestión de que crean que quiero quedarme con el mérito ajeno...
Saludos
J.
Siempre se ha sabido, el futuro es tan fácil de imaginar, pero el presente...
Siempre nos queda la risa.
Buen texto y muy buen final.
Un abrazo, J
¡José,todo lo escrito es verdad,pero nuestro mundo no necesita miles de años,puede terminar hoy!¡Estamos de paso y pasaremos,ojalá con un poco más de sabiduría!!!!!Cariños. Martha
"El futuro no existe, sólo este segundo que se acaba de ir." Lo leí en alguna pared, seguro lo escribió algún loco.
weeneuHola Jose, recalo en tu blog a través de suguscafé y despues de leer este texto reflexivo creo que estoy loca pero siempre me gusta pensar que aún estamos a tiempo de parar y recomenzar.
Saludos desde Tenerife-Canarias-España.
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