sábado, 2 de junio de 2012

Sol, arena y mar, dice la canción


El clima no ayudaba.
El sol brillaba como fuerza en un cielo despejado y sin rastros de nubes en su azul perpetuo; los turistas continuaban llegando para aprovechar el verano extendido de cuatro a seis meses. Las caras sonrientes, las ventas inigualables de protector solar y las reservas hoteleras al tope por los próximos meses, fomentaban el olvido de lo que sucedía detrás de tanta alegría.
Pareciera como si se hubieran puesto de acuerdo para no hablar del tema, para no dejarse llevar por la imposibilidad de sus acciones. No querían que la realidad se presentara con su máscara habitual, en medio de sus bailes y su diversión. Doraban sus cuerpos bajo el ardiente sol que se mantenía, estoico, en su cenit, como una bendición decían.
Miraban solamente hacia un lado, sin girar nunca la cabeza para darse cuenta de lo que ocurría, porque las cosas, cuando no se las miran, no suceden, todos saben eso. Por eso miraban hacia la costa, libre de gaviotas molestas y cangrejales traicioneros y con kilómetros de nueva playa.
Nadie quería saber que, del otro lado de los médanos, el desierto crecía devorando las ciudades.

10 comentarios:

José A. García dijo...

Yo hubiera mirado hacia el desierto.

¿Ustedes?

Saludos

J.

Rochies dijo...

a veces es lo más saludable mirar hacia otro lado. No por ello dejaremos de ignorar la realidad, pero merecemos la pausa.

La sonrisa de Hiperion dijo...

Siempre estupendas las cosas que nos dejas.

Feliz tarde de domingo.

Wircondy.com dijo...

Me gusta lo que escribes y bueno gracias pero me gustaria algunas fotitios con todos respeto. saludos amigo(a)

Vradi dijo...

Me gusta el mar, tengo alma de navegante. Será por eso que tengo el corazón en el desierto.

dejatellevar dijo...

Podes mirar hacia la costa todo lo que quieras, hasta que el desierto te devora a vos tmb y ahí ya no hay vuelta atrás.
La realidad siempre se sale con la suya. Nos busca incansablemente, aunque nos hagamos los distraídos, sabemos que al doblar la esquina ella siempre esta.
Cuanto más tarde en encontrarnos, peor la golpiza que nos da.

Geraldine, dijo...

Algo así como cuando la ciudad no quiere ver mas a llá de la general paz!....

Torcuato dijo...

Por lo menos allí estaban fresquitos. Pero lo sé de buena tinta, pronto vendrá el maremoto.
Un abrazo, J.

Bla dijo...

lo volví a leer y me volvió a gustar, más que antes.

Thor_Maltes dijo...

¿Será que con esto del calentamiento global ahora habrán miles de Acapulcos en el mundo? Si es así, pues los vendedores de traje de baños haran de las suyas.