Diario de un escritor que busca una reputación para poder ser menos que ella.
...

jueves, 19 de abril de 2012

Frustración


Quince minutos de frustración diaria es cuanto se necesita. Lo demás es puro y simple lujo, innecesario, superfluo, demandante, ambicioso y absorbente. Lo demás pasa, llega y se va, tanto que muchas veces ni siquiera el recuerdo nos queda. La frustración, en cambio, es diferente. Dice mucho de nosotros mismos, de cada uno; aún de quienes se jactan de no haber sentido de ese modo nunca. Ellos, es sabido, mienten.
Escasos minutos, o eternidad insuperable. Como sea, lo justo, en su medida ideal, nunca está de más. Y, de este modo, aún le quedan al día veintitrés horas y cuarenta y cinco minutos para dedicarlos a cualquier otro menester.
Pueden intentarlo ustedes mismos cuando gusten pero, de todos modos, está más que comprobado.

5 comentarios:

José A. García dijo...

Eso, nada más.

Saludos

J.

Sole dijo...

Completamente de acuerdo. Aunque a veces se extiende.
Un abrazo.

Pazchi dijo...

Vos decís que es mejor dividirla en raciones? Porque mi frustración aparece cuando quiere, y por rachas... Lo intentaré =)

Saludos

María dijo...

Unicamente los imprescindibles, nada más que esos.

Un beso.

eMiLiA dijo...

Cierto. A veces se queda un poco más, pero después compensa y no vuelve por unos días.

Abrazo!