Todos, o la gran mayoría, porque es cierto que
todos suena a demasiado absoluto y no le pude preguntar a cada uno, a cada
hombre. Entonces quedemos en que fue la gran mayoría y no todos.
Así pues, la gran mayoría se alegró
de aquel verano sin mosquitos, unos años atrás. Seguro que ustedes también lo
recuerdan, y cómo no hacerlo si fue la noticia de cada diario, ¿no es así?
Nadie, y este absoluto esta muy bien
utilizado, sabía qué sucedía. La plaga de cada verano, los molestos pinchazos
de los picos de esos malditos mosquitos, los manotazos de dolor, las ronchas,
la sangre, el dolor, el dolor, el dolor. Quedó en el pasado. El 30 de diciembre
creo que fue cuando apareció la primera noticia. ¿Dónde están esos minúsculos
insectos?
¿Cómo no nos dimos cuenta antes? Tal
vez porque estábamos de acuerdo con su silenciosa, inimaginada, deseada y
controversial desaparición. Largas noches de verano, al fresco del patio, sin
molestias, sólo interminables charlas entre amigos, sobre la vida, la
filosofía, la muerte y el aumento del índice de rayos UV. Claro, por los
mosquitos nadie se preocupaba.
Pasó el verano sin que la ciencia
diera su veredicto. Pasó el otoño y el invierno, y luego una nueva temporada de
lluvias antes del verano.
Llegó el segundo estío sin zumbidos
de minúsculas alas en los oídos.
La religión tampoco tenía
respuestas.
De más está decir que el estado
tampoco, más que sacar las tropas a las calles para reprimir cualquier atisbo
de protesta ante la ausencia de picaduras.
Cada vez más calor, y sin mosquitos.
Al verano siguiente, el tercero en
la cuenta, nos percatamos que los únicos recuerdos que guardábamos de ranas,
sapos y lagartijas, pertenecían a la infancia de aquellos de más edad entre
nosotros…
14 comentarios:
Acá en capital (no sé desde dónde escribís) hay muy pocos, pero no están totalmente extinguidos.
Ranas hace años que no escucho.
Ahora bien, no sé si me gustaría tanto que regresaran, tal vez sólo para recordar el inigualable aroma de los espirales (qué antiguo).
Un abrazo.
HD
La duda, me encanaría que desaparezcan, pero qué problemas traería...
Un gusto
como siempre
Qué lindo sería un verano sin mosquitos, a mi me atacan siempre, debo tener sangre rica (?)
Un beso!
lo que sí se extinguieron los bichitos de luz no?...no pude mostrárselos al nene....
Ojalá fuera una historia profética, por mí podrían irse todos (mosquitos) sin despedirse hoy mismo.
como de muchas cosas, utilizando el mosquito como símbolo, nos damos cuenta de su existencia ante su ausencia.
y... viste luciérnagas últimamente?
abrazos, gran texto*
Exactamente, si desaparece el hombre nada cambiaría en el planeta, las cosas seguirían exactamente igual.
En cambio, si desaparece una sola de especie animal (o un insecto en éste caso), todo el ciclo ecológico se terminaría destruyendo.
Es cierto, hace un par de año que no veo luciérnagas, así como también noto que cada verana mueren más y más abejas...
Saludos (tristes) y suerte (al menos un poco).
J.
He creido entender que ese verano sin mosquitos corresponde a esta primavera anticipada que estamos sufriendo, porque ahora tendría que llover, hacer frío (aún continuamos en invierno) y no que estamos a 21º C por el día y a 8ºC por la noche, nada de frío, ni de lluvias y el fuego amenazando continuamente...
un abrazo
Algo así, pero creo que estamos en hemisferios opuestos del globo, ¿no es así?
Saludos
J.
Todavía hay mosquitos, sapos, ranas, grillos, bichitos de luz y mariposas en mi pueblo. Y un tremendo olor a manzanilla que inunda todo en el verano.
No lo cambio por nada (eso si, con el off a mano).
prefiero rascarme un poco y vivir en la incertidumbre del dengue. Acá en Tucumán si hay luciérnagas todavía y unos que otros anfibios (lo dice la que intento criar ranas)y los mosquitos, en lo que a mí respecta, me siguen picando.
Un abrazo grande.
Siempre estupendas las cosas que nos dejas. Un placer volver por tu casa.
Saludos y un abrazo.
De pequeña me comían a bocados, jajajaja. Mua!!
paso a informar que ha sido publicado en breves no tan breves...un abrazo...
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