Parecía mentira, pero no lo era. Más bien se
acercaba un poco a la tozudez supina. Porque volver a levantar, distrayendo
esfuerzos y recursos de otras necesidades, la muralla antaño derribada, sin mayores
explicaciones que el temor, el miedo a los diferentes, era, cuanto menos,
inexplicable.
Aún vivían unos pocos ancianos que
recordaban haber pasado su infancia en la Ciudad
de las Murallas Perfectas; pero ninguno sabía decir si esos trozos de adobe
y estiércol apisonado servirían de algo. Tampoco decían nada sobre el por qué
de su destrucción, como si algún extraño secreto se ocultara allí.
Los hombres nuevos, los que
heredaron la ciudad, el poder de tomar decisiones y las escasas riquezas,
temían por sus posesiones. Esa era la razón por la que se obligaba a los
parias, los pobres, los maestros de escuela y a los discapacitados a arrastrar
carro tras carro de tierra, a cavar y cavar, a rellenar y quebrar, sin un orden
demasiado lógico, sin un sentido, mientras la muralla crecía regada por el
sudor, y el orín, de los obreros.
Para mantener a ese enemigo ficticio
alejado de los hogares; para saber siempre quién entra y quién sale de la
ciudad, y qué se lleva con él; para brindar seguridad y la sensación de
encontrarse, una vez más, en el vientre materno.
Los ancianos, por su parte, nada
dicen. No por carencia de palabras, ni porque sepan que su experiencia no
serviría de nada en la construcción.
Ellos callan porque saben que, por
más alta que una muralla sea, siempre habrá una forma de franquearla. Ellos
callan porque recuerdan a la vieja, inmemorial y destruida una y otra vez,
Troya.
3 comentarios:
La imagen es de algún lugar de Andalucía, al parecer, pero no tengo muchas precisiones. Si alguien sabe, el dato será bienvenido.
Saludos
J.
Muy buena la entrada, excelente narración ;) saludos!
Es un posible camino al que nos podemos enfrentar y vernos expuestos y abocados? he pensado que como final de toda este afán de consumir, gastar, especular... llegará el momento de regresar a los orígenes y principio.
Me hizo pensar.
un abrazo
:)
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