Era el
hombre fracasado, si, ese era el título que mejor parecía sentarle luego de
tanto tiempo. Lo decidió él mismo, no se trataba de una imposición, ni nada
salido de algún programa mediocre de la televisión basura. Esas tres palabras
se juntaron en su pensamiento mucho antes de que pensara en pronunciarlas.
Sonaban tan bien juntas, y era tan
bello su sentido que lo utilizaba como una ironía frente a aquellos que
suponían que el epíteto correspondía a algún hecho de su vida (laboral, familiar,
amorosa). La razón, sin embargo, se encontraba en algo diferente.
Algo que nunca explicaría, porque le
gustaba tanto llamarse el hombre fracasado que hasta tenía perfiles en todas
las redes sociales con ese nombre. Su miedo, ahora, radicaba en que la verdad
se supiera, y esa mentira tan bien orquestada, se cayera.
Si se supiera su verdadero nombre,
su lugar de trabajo, el monto de su cuenta bancaria, nada cambiaría, es cierto;
pero se sentiría más desnudo, más expuesto, más cerca de ser ese fracasado
hombre al que lo condenaran a ser esa rubiecita, en primer grado que, sin
dudas, repetía una frase escuchada en su casa, en medio de una discusión
familiar.
—Yo no puedo estar con un fracaso de
hombre —dijo antes de cachetearlo y amenazarlo con que la próxima vez no
dudaría en armar su valija e irse de la casa.
6 comentarios:
Esto es lo que tiene internet, cualquier persona se puede esconder detrás de un avatar sin lograr averiguar el sexo, la condición social, su ideología política...
un abrazo
:)
Hay ciertas frases que se graban a fuego en el corazón y nos arman.
Abrazo.
Es mentira que a las palabras se las "lleva el viento" muchas veces nos levantan o nos aplastan, porque tienen mucha fuerza.saludos Martha
hasta cuándo pueden sostenerse un secreto y la invisibilidad?
beso*
Es cierto, algunas palabras duelen más que otras y quedan en el recuerdo para toda la vida.
"Te quiero como a un/a hermano/a", no es una buena manera de rechazar una declaración...
Saludos a tod@s y gracias por los comentarios.
J.
Los que más obtienen son los que más se quejan.
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