Treinta y siete noches, anotó en su cuaderno luego de
arrojar al incinerador el frasco de pastillas para dormir.
Otro fracaso.
Los ojos rojos, venosos, cargados de
cansancio y aburrimiento, lo miraron desde el espejo. Era humanamente imposible
permanecer tanto tiempo despierto. Era ridículo, tanto que ni los doctores le
creían cuando regresaba a contarles que sus indicaciones no habían solucionado
el problema.
Ni siquiera luego de leer el diario
de su insomnio, como llamaba a su cuaderno de apuntes, creían en sus palabras.
Es fraguado, mentira, puras patrañas, decían. Como si alguien en su sano juicio
fuera a escribir tantas cosas sobre la falta de sueño, la soñolencia, la
pérdida de los reflejos y la vaguedad de los recuerdos.
El catálogo de remedios con
melatonina artificial no era suficiente; los químicos, las pastillas, eran tan
inútiles como el ibuprofeno 400 para el dolor de cabeza.
Treinta y siente noches
insoportablemente largas, insípidas, repetitivas, regadas con litros de leche
tibia, largas lecturas de historia medieval y música clásica. Evidentemente
nada había surtido el efecto buscado.
Ni siquiera el pasar horas y más
horas acostado en la cama, con los ojos cerrados y contando los puntos negros
bajo los párpados.
Deseaba dormir. Lo buscaba con todo
su espíritu. Pensaba sólo en eso.
Pero sabía que no lo lograría, que
los sueños seguirían esquivándolo.
Por suerte, en su cuaderno, aún
quedaban varias páginas en blanco que ansiaban verse cubiertas por su diminuta caligrafía.
12 comentarios:
Te agradezco 37 veces
textos como éste.
Me ha encantado
este "insomnio" en prosa.
Un abrazo
Ufff, menos mal.
¡Pobre ,no poder dormir es realmente una tortura!Suele pasarme,entonces me levanto,tomo unos mates y prendo la TV...¡Santo remedio!!!! Saludos
¡El remedio es levantarse,tomar unos mates , prender el televisor y con tan buenos programas, el sueño se hace presente sin duda!Saludos Martha
Nada peor que las noches en blanco.
Besos
"Sonó un reloj en la desierta casa.
Alguien dijo mi nombre y apellido.
Nombrado me sentí por vez primera.
No es de ángel o amigo lo que pasa
en esa voz de acento conocido…
… A alguien sentí subir por la escalera…".
afortunadamente "en su cuaderno, aún quedaban varias páginas en blanco…", creo que se llega a una edad en la que el sueño no es tan necesario.
un buen post.
otro abrazo
Bueno, debería comprarse otro cuaderno, urgente... El letargo suele traer un sueño irreversible, a veces es preferible estar alerta.
Todavía hay cosas por decir, así que páginas en blanco debe haber...
Un beso
Qué lindo número, 37.
Quizás había ofendido a Morfeo (el de Neil, claro)
Un placer pasar por aquí
Otra hija del insomnio
brillante, 37 veces brillante.
Las peores noches de mi vida las pasé muerta de sueño, pero sin poder pegar un ojo, cuidando a mi hijo. Es tremendo.
El insomnio! Uff, espero no caer nunca en sus garras.
Gracias por el beso. Te dejo otro.
Je, comulgo con los finales a los que les quedan algunas hojas en blanco.
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