Cuenta la leyenda que en la década de 1980 existió un grupo musical en argentina, un país de otra leyenda, que mantenía un público siempre interesado en lo que hacía con su música. Lamentablemente, el líder y vocalista de dicho grupo falleció prematuramente y el grupo se separó.
Sin embargo, la tragedia no terminó allí, sino que uno de los músicos de dicho grupo pensó que podía seguir con su carrera porque él era el único músico en la banda disuelta. Y, lamentablemente, otra vez, el público le creyó.
Y continuó creyéndole a lo largo de toda la década de 1990, su exilio voluntario en España, porque si bien se trata de un músico mediocre no es malo para los negocios (sabía que en ese país ganaría más dinero, y por eso continúa haciendo gira tras gira en la península…), y, también, se lo creyó durante la primera década del siglo XXI. Ayudado, claro está, por los medios de difusión masivos, los diarios y las radios, que cada vez que transmitían uno de sus temas lo etiquetaban como el mejor músico del país. Despreciando, con esa categorización, a todos los verdaderos músicos del resto del país.
Hizo fortuna, claro, porque sus discos se vendían tanto que nunca los encontraban en las disquerías. Aunque otra versión del mismo hecho dice que si los discos no estaban en las disquerías era porque la compañía disquera no los distribuía para generar, de ese modo, la idea de que el disco era un éxito.
Se le llenó la cabeza de éxito y futilidad, comenzando a hablar de cualquier cosa, sin conocimiento de causa, como todo buen famoso. Defendiendo lo indefendible, haciendo cosas que de no ser porque tiene dinero con que pagarse la justicia, hoy no estaría en la calle. Pero sabido es que la justicia siempre está del lado del que tiene dinero.
Por ésta misma razón es que hoy podemos verlo cometiendo semejante atropello contra la razón, como lo muestra la siguiente nota:
De nada sirve decir que la vaca, porque no se enfrentó a un toro, es famoso pero no boludo, o algún amigo le habrá dicho que no se arriesgara tanto, no fue lastimada y que vivirá 18 años más.
Lo que importa es el hecho de estar defendiendo una práctica que es rechazada por el sentido común, se convierte a sí mismo en un asesino, es un ser despreciable e injustificable, que debería ser castigado por sus propios seguidores dejando de escuchar sus canciones, o por los mismos medios dejando de publicarle notas. Pero, sabemos, que el mundo actual, el negocio es mucho más importante que la vida de otro ser.
La tauromaquia no es un deporte, no es parte de la cultura, no es justicia poética ni divina, no, no lo es. La tauromaquia es, lisa y llanamente, un asesinato.
Por eso mismo, el animal del título no hace referencia a la vaca, sino al ignorante de calamaro.
Lo que importa es el hecho de estar defendiendo una práctica que es rechazada por el sentido común, se convierte a sí mismo en un asesino, es un ser despreciable e injustificable, que debería ser castigado por sus propios seguidores dejando de escuchar sus canciones, o por los mismos medios dejando de publicarle notas. Pero, sabemos, que el mundo actual, el negocio es mucho más importante que la vida de otro ser.
La tauromaquia no es un deporte, no es parte de la cultura, no es justicia poética ni divina, no, no lo es. La tauromaquia es, lisa y llanamente, un asesinato.
Por eso mismo, el animal del título no hace referencia a la vaca, sino al ignorante de calamaro.
9 comentarios:
Es un tema difícil para la sociedad el que estás planteando ( en el sentido de dejar de escuchar su música ). Wagner y Schopenhauer eran formidables defensores de los animales, pero el primero era antisemita a raja tabla y el segundo un misógino irrecuperable (y se los lee y escucha). Claro, quizás el atenuante para el músico y el filósofo sea un entorno predisponente (cosa que Calamaro no tiene, porque las campañas tipo "La tortura no es cultura" se han expandido mucho).
Más allá de la calidad de su música, opino que las personas públicas deberían ocuparse de formar una moral y no una "hombría" porque son el ejemplo en una sociedad que imita y toma a los famosos de pretexto. Todos tendríamos que ocuparnos de formarnos éticamente, el que ha leído a Sartre sabe que no se le puede echar la culpa a ninguna abstracción ("cultura" "tradición") de lo que hace un individuo más que a él mismo.
Pero siempre que se diga esto último se lo acusará a uno de timorato.
Es verdad que lo mejor sería un abucheo por parte de su audiencia, pero eso es esperar mucho de la gente...
Un abrazo
Vaya repaso se ha llevado Andrés.
:)
Hotia, tas cabreao con el Calamaro...pero la canción: Por una cabeza, jajajajaa. Esa canción es buena...ese sinvergüenza, por eso gana dinero el muy puto. Y bueno yo en eso de la tauromaquia, ni me meto. No lo sigo, como el que no escucha canciones de Calamaro, que lo conocí por un hombre que me gustó mucho y bueno, quedó en eso. Me sigue gustando, pero, joder, no me voy a morir por él.
Saludos!!
No se puede esperar menos de alguien que se pasa el día regodeándose en sus éxitos pasados.
Juan C.
Bueno no soy fanática de Calamaro ni creo llegar a serlo y así era antes de leer tu entrada. Pero NoeliaA tiene razón hay genios que han sido de todo pero eso no les quita lo geniales. Ahora nunca los podría comparar con Calamaro, porque para mi es un cantante más. En general como cualquier otro, me es indiferente, pero sé que tiene seguidores.
Al final ellos siempre seguiran su música, no necesariamente a él.
besos
P.D. Yo amo a los animales y odio las corridas de toros, no entiendo como aún existen
También debo de empezar por el principio, no entiendo la tauromaquia como un arte, como un disfrute y entretenimiento. Me resulta de lo más desagradable que hagan sufrir a un animal públicamente, con el regocijo de todos los espectadores. Pero me gusta A. Calamaro jajajaj... lo siento, al menos las canciones que le hicieron famoso.
He leído unas declaraciones de Calamaro en contra de un determinado partido político. Son muy duras...
tendré que darte la razón es esto de que a los famosos se les sube la fama a la cabeza y ésta es para siempre...
un abrazo
no se porque, aunque los sospecho, pero me parece que en estos últimos tiempos se tiende a humanizar a los animales y a animalizar a los humanos. se que no tiene mucho que ver lo que digo con lo expuesto en la nota, pero es lo que se me ocurrió
te dejo un gran saludos José!
Amigo, la verdad es que me has hecho reír con tu entrada, llegué haciendo click en los comentarios de amigos y me pareció una buena reflexión.
Te sigo.
Un abrazo.
Humberto.
La ignorancia de los defensores de la tauromaquia los hace creer que "cultura" es siempre arte, los Incas sacrificaban gente, eso es cultural, pero no arte, no?.
Calamaro es un tipo que se roba a si mismo, como una serpiente que se muerde la cola. Un pobre tipo, como todos los que creen que eso es arte o cualquier cosa menos un asesinato, festejo cada "persona" que sale herida o muerta por parte de un toro, al igual que un cazador herido. Esta muy bueno tu material par decir algo mas.
jlg
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