lunes, 18 de julio de 2011

El baile del silencio


Una gran incomodidad, eso era lo que sentía encontrándome rodeado por toda esa gente. Desconocidos vestidos de gala, imitando un antiguo baile ancestral, del que ni el nombre se conservaba, parecían divertirse sin miramientos.
Pero aquella sensación no opacaba lo otro que sentía, el saberme perseguido y la sensación de que un agujero negro (enorme, absorbente, frío) ocupaba mi estómago. Y la acidez se tornaba más que insoportable.
Escurriéndome entre los que bailaban recorrí los oscuros rincones del salón, asegurándome que nadie se escondía allí. Pero la sensación de que me observaban continuaba inmutable. No tenía hambre, pero mi estómago crecía y crecía, devorando lo poco de mi interior que aún permanecía en su sitio.
Es incómodo saber que tu cuerpo se consume desde sus entrañas teniendo que simular la alegría de la fingida cordialidad en una celebración de etiqueta a la que no recuerdas haber sido invitados; ni cómo habías llegado, con lo cual no sabían cómo podías retirarte. Ya fuera fin de año, doce de octubre o nueve de marzo, no importaba, la fiesta no debía ser interrumpida.
O todos se darían cuenta.
De lo incómodo que me sentía.
Del agujero en mi estómago.
Pero nadie notaría que me vigilaban.
El ese salón lleno de espejos y vacío de reflejos alguien me observaba.
Y yo, único movimiento entre tanta quietud, no sabía quién más estaba allí.

12 comentarios:

María dijo...

El baile del silencio entre cuerpos que se consumen simulando alegría fingida...

Bellísimo tu texto.

Un beso.

eMiLiA dijo...

Me gustó mucho la frase final. La dejé un rato bailando ante mis ojos. Preciosa.

Abrazo.

Noelia A dijo...

Parece el relato de una pesadilla.
Buena esta parte:
"Es incómodo saber que tu cuerpo se consume desde sus entrañas teniendo que simular alegría de fingida cordialidad en una celebración de etiqueta"

Saludos

Mixha Zizek dijo...

Me gusta mucho este texto es muy poético. Donde todos esperan que suceda algo para seguir...

Sabes el 9 de marzo es mi cumpleaños, me dejas pensando en ese baile,

besoss

vdc dijo...

que tensión, muy bueno.

Esilleviana dijo...

A todos nos toca bailar a oscuras en algún momento, a pesar de la amargura y la acidez en el estómago. Pero lo importante es que alguien estaba a su lado, vigilando (esto puede ser positivo?).

un texto curioso.

un abrazo

Alejo Z. dijo...

¿Cómo se reflejará el silencio en los espejos? Como un agujero negro que engulle las miradas seguramente. Muy buen texto José, sin duda todos bailamos al compás de sus letras.
Un abrazo.

La sonrisa de Hiperion dijo...

Que estupendas cosas nos dejas.

Saludos y buena tarde!

Espérame en Siberia dijo...

Me pareció un poco tétrico. ¡Felicidades!

José A. García dijo...

María: Gracias.

Emilia: Los finales tienen que ser así, impactantes, de otra forma no son finales. Gracias

Noelia: Y pensar que lo soñé…, si, por eso está en Oníricas.

Mixha Zizek: Las reuniones sociales son como un gran vacío en el estómago de todos.

VDC: Gracias.

Esilleviana: ¿Alguna vigilancia es positiva? No lo creo, pero si es lo único a lo que nos podemos aferrar…

Alejo: Un agujero negro muy hambriento, ya que luego de miradas continuará por los gestos, los movimientos, las expresiones...

La Sonrisa de Hiperión: Gracias.

Espérame en Siberia: Era un ambiente muy turbio, muy oscuro, con mucho de telón flameando allí donde no hay viento…

Gracias a tod@s

J.

Unknown dijo...

Es el baile de Macri?
Me acorde del Sr de las maracas mudas en Todo por $2

Noelia A dijo...

Ahh... con frecuencia no leo las etiquetas.

Saludos