sábado, 18 de junio de 2011

Un médico a la derecha, por favor


Cuando comenzó, por supuesto, era difícil de creer que fuera verdadero. Como cada nuevo misterio, la incredulidad es el primer sentimiento que sale a flote. Y si el misterio persiste en sus secretos y el hombre es incapaz de revelarlo, la irritación no tarda en aparecer.
Aunque al principio se lo catalogó como una psicosis colectiva en la que los implicados creían ver espejismos disímiles ocupando las ciudades, las casas o los campos; la imposibilidad de encontrar alguna relación entre esas personas rápidamente hizo que se olvidaran de dicha teoría.
El hecho determinante que dejó por tierra las teorías psicológicas, naturalistas, revisionistas y fantasiosas, fue el que la enfermedad se propagaba rápidamente.
A las semanas de haberse registrado los primeros casos, más de la mitad de la población mundial veía espejismos en todo momento, en todo lugar, dormidos o despiertos. De seguro habría quienes aprovechaban la breve histeria para faltar al trabajo o escaparle a sus deberes tributarios; pero eran los menos.
Los Centros de Recreación, Deporte, Sexualidad Reproductiva y Salud, se vieron tempranamente desbordados. Con el recorte presupuestario de las últimas décadas y el escaso interés profesional por dicha área de la ciencia, tampoco contaban con personal cualificado para tratar a tantos enfermos. Era una suerte saber que la enfermedad no era contagiosa, sino que formaba parte de la biología humana.
En otras palabras, la población entera se encontraba predispuesta a ver, sentir, experimentar y gozar de unos espejismos que se tornaban más y más reales a medida que trascurría el tiempo. El cerebro divergente se disgregaba. Los ansiolíticos creaban problemas gastrointestinales y apatía sin dar la solución buscada. Las ilusiones, los espejismos de esperanzas o desastres, continuaban allí; para peor, se multiplicaban con cada nuevo hombre, o mujer, que caía en sus garras.
Desde entonces, cada uno/a vive en su versión de la realidad, en su mundo particular, y la sociedad no es más que el recuerdo de un mal viaje que tiende a diluirse en el pasado.
Es más, sé muy bien que esta sala de conferencias, parecida al aula magna de una vieja universidad, así como ustedes que me escuchan (o me leen) atentamente no son reales, sino que son fruto de mi imaginación. Más que nada porque nunca habiendo aprendido a hablar, mucho menos sé escribir.

10 comentarios:

Noelia A dijo...

Espejismos como en la caverna de Platón.
Cada cual en su mundo, y la tecnología parece que está haciendo el efecto contrario al que se suponía.

Buen relato
Un abrazo

Mixha Zizek dijo...

Como siempre se ha dicho la realidad supera a la ficción, pero puedo acotar que la ficción a veces revasa las expectativas del sujeto real.

Me enacnta el devenir que hay en tu historia. Es como sentir que estamos dentro de una bubuja y de allí nos están observando, besos

klee dijo...

me he dado un vuelta por tu blog y me gusta el ambiente que se respira por aqui.
Te incluire en mis espejismos, hace años que estoy enfermo,( no se si nunca estuve bien)
un saludo

La sonrisa de Hiperion dijo...

Estupendo el post que nos has dejado. Siempre un placer.

Saludos y buen inicio de semana.

Nelson dijo...

La publicidad está cada día peor.

Espérame en Siberia dijo...

Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Muá.

Torcuato dijo...

Estupendo texto, José.
Vivimos un espejismo desde hace milenios.
Un abrazo.

Daniel Sánchez Sánchez dijo...

Vigile sus espejismos amigo,le llevarán a altas cimas o a miserables fracasos.
Un saludo

Thor_Maltes dijo...

¿Será que la vida es una ilusión que dura más de lo normal ?
Reiterando lo que han dicho aqui, la realidad supera a la ficción, pero no pueden vivir separadas.

José A. García dijo...

Noelia: La tecnología no tiene la culpa, la culpa es totalmente del hombre por no saber usar los frutos de sus creaciones. La tecnología no es ni buena ni mala, simplemente es.

Mixha Zizek: Hay cámara de video en todas partes. Yo siempre me sé observado, y actúo en consecuencia.

Klee: Gracias por la visita, y si te gustó lo leído mejor, de otro modo no tendría sentido escribir tanto.

La Sonrisa de Hiperión: Gracias.

Hombre de Neanderthal: Más invasiva, si.

Espérame en Siberia: Por supuesto, no pensemos tan mal de nuestros congéneres.

Torcuato: Vivimos en espejismos desde que nacemos.

Daniel Sánchez: Los fracasos, cuanto más miserables, mejores. O eso dicen.

Tho Maltes: La vida es una ilusión mediatizada por las horas que pasamos frente a la televisión, el monitor y el celular.

Saludos a tod@s

J.