Llegó a lo más profundo de las alcantarillas.
El último tramo dibujado en los viejos planos municipales; el hedor era más
insoportable, la oscuridad era más negra, la soledad era una presencia.
Ayudado por el débil haz de luz de
la linterna, buscó un espacio seco lo suficientemente grande como para
acostarse. Algo que parecía imposible entre tanta humedad y calor, pero que,
para su sorpresa, no tardó en encontrar.
Un poco más arriba que el hilo de
agua que corría empapándolo hasta las rodillas, una pasearla de concreto se
mantenía seca. Seguro que sólo con las
grandes lluvias primaverales llegaría tan alta el agua, pensó. O ni siquiera entonces.
Subió hasta la pasarela. Se quitó
los pantalones mojados, las medias y los zapatos antideslizante arrojándolos lo
más lejos que pudo. Se desnudó por completo mientras desmigajaba los trozos de
pan que trajera en los bolsillos, cubriendo de migas todo el espacio en torno a
su cuerpo, la pasarela, su cabello y todo lo demás.
Cuando se le acabó el pan, sacó del
bolsillo de su camisa una tableta de somníferos. Se tragó las diez pastillas al
mismo tiempo, sin agua, sin respirar. Arrojó el resto de sus ropas para que se
las llevara la corriente y se recostó sobre el frío suelo. A esperar que las
omnipresentes ratas se sintieras atraídas por el pan.
Comido por las ratas, fue lo último que pensó antes que las nubes del sueño lo doblegaran, el mejor final para un artista mediocre.
8 comentarios:
madre mia....
terror.
Una autocritica fulminante, me parece.
El libro va en camino.
Saludos.
¿Comido por las ratas? ¡Ñam!
Creo que muy pocos quieren acabar así.
¡Muá!
jojo... y sí... algunos lectores son ratas y algunos escritores las alimentan...
Buena crítica a la literatura comercial ¿es eso, o meo fuera del tarro, José?
Un abrazo
A las ratas, hay que darle de bocados...
Saludos y un abrazo.
Buen relato, el fianal es igual para todos no importa que o quienes fuimos.
VeroniKa: Por algo lo habrá buscado.
Omar: Por momentos así lo parece. Gracias.
Espérame en Siberia: Muy pocos lo querrán. ¡Pero muchos más lo obtendrán!
Noelia: ¡Exacto!
La Sonrisa de Hiperión: Hay que mantenerlas contentas, de otro modo subirán a la superficie y se harán críticos literarios…
Thor Maltes: Como dice un proverbio chino: Al final de la partida, el rey y el peón vuelven a la misma caja… Y los chinos si que eran sabios.
Saludos a tod@s
J.
mmmm muy triste...Pobre artista. El mismo se auto consideraría mediocre? O se lo habrán dicho? je.
Abrazos! Pase al final, disculpa la demora.
Publicar un comentario