martes, 26 de abril de 2011

La culpa no es del chancho...


Una vez al día se detenía a ver el horizonte. O, al menos, intentaba despegar sus ojos de las interminables labores, las planillas, las tarjetas perforadas y las fichas N°3 que se acumulaban sobre su escritorio.
Una vez al día se permitía sustraerse de la infinidad de números y medias palabras que conformaban su mundo. Con las manos cansadas, los hombros caídos y la espalda derrotada por la esclavitud de la silla. Levantaba los ojos hacia donde recordaba que debía de encontrarse una ventana.
Una vez al día dejaba de lado el punzón, y con los ojos cubiertos de nubes, de sueños desfigurados y deseos olvidados en la oscuridad, pensaba en lo que había sido. Y ni siquiera estaba seguro de mirar hacia el lado correcto en medio de la oficina vacía.
Una vez al día deseaba estar en cualquier otra parte que no fuera ese lugar. Pero tampoco sabría qué hacer o dónde ir, si lograba salirse de esa rutina.
Una vez al día se preguntaba por qué no había participado en las manifestaciones contra la ley de reclusión de discapacitados. Creyendo estúpidamente que sus ojos no revelarían su condición.
Una vez al día deseaba estar muerto…
Al menos de ese modo estaría encerrado por propia elección.

12 comentarios:

Alejo Z. dijo...

José, pero es que ya iba a comentar algo relativamente bueno, y he visto el título: que me has robado el comentario! Con palabras vacías me quedo... por el momento.
Hasta la próxima , un abrazo; y perdón por la falta de inspiración para un comentario debido.

Alejo

José A. García dijo...

No te das una idea, Alejo, lo que me costó llegar a ese título.

Ergo, no hay nada que perdonas.

Saludos y Suerte

J.

Cita Franco dijo...

Y de quién es, entonces?
Tanto es como para desear estar muerto... ??
Es que creo que no he terminado de coger este texto, perdona.
Besos
Cita

Antonio dijo...

No sé por qué, pero me acabas de transportar a la reforma psiquiátrica de Andalucía, cuando la laborterapia intentaba sacar del ostracismo y la institucionalización a los pacientes crónicos que la vida había aparcado en aquel lugar.
Un saludo

VeroniKa dijo...

UNA VEZ AL DIA POR LO MENOS ERA CONSCIENTE DE LA GRAN CAGADA.:))

(Y SI EL CHANCHO ES COMO EL DE 'REBELION EN LA GRANJA'?)

Cal Viva dijo...

Impactante relato. El título le cabe completamente.

Cal Viva

Majo dijo...

Muy lindo, el relato , peor el titulo,
acaso quería morir como un chancho?,


SALUDOS :)

Anónimo dijo...

Hola y gracias por tu pasada.

Yo diría que una vez al día quisiera sentirme distendido y descansado, al menos ultimamente siento que también "La culpa no es del chancho".

Saludos.

Noelia A dijo...

Está bueno, José, además se puede incluso hacer un análisis (¿forzado?)de esa ceguera trasportándola a un plano de consciencia.
Y sí, título acertado me parece. El chancho come lo que le ponen en frente y si la onda es odiar a los chanchos, no tardará en tratar de disimular que lo es.
Algo así pasa en Diario de la guerra del cerdo, pero ésa es contra los viejos.

Saludos

Malena dijo...

Por más que nos guste mirar para otro lado, una vez al día la conciencia nos dice que alimentamos al chancho.

Muy bueno, José.

Torcuato dijo...

¿Y no será la culpa de todos nosotros, que acatamos sin rechistar todas las normas estúpidas que nos imponen?
Claustrofóbico texto, José
Un abrazo.

José A. García dijo...

Cita: La culpa no es del chancho sino del que le da de comer, es una frase hecha y significa algo así como que la culpa no es de quién comete el error sino de quien lo manda a cometerlo.

Antonio: Gracias por la visita. Sigo diciendo que la realidad siempre supera a la ficción, con mucha facilidad. Siempre.

VeroniKa: Una vez al día. Si.

Cal viva: Gracias. De vez en cuando sale algo bueno después de tanto intentarlo.

Majo: Te lo explico en tu blog…

Daga: Cada vez tenemos menos tiempo para hacer cosas. El mundo nos consume. No hay vuelta atrás.

Noelia: Es cierto, hay una fuerte referencia al texto de Bioy, pero casi nadie lo notó. Y, también, cada vez somos más chanchos en eso de aceptar lo que nos ponen adelante y ni siquiera intentar luchar contra ello. ¿Para eso habrá servido la evolución?

Malena: A mí más de una vez al día, pero algunas personas son más indolentes.

Torcuato: Claro, es culpa del chancho, digo, de nosotros mismos, que decidimos no quejarnos para seguir viviendo de la misma opresiva manera…

Gracias a tod@s

Saludos,

J.