viernes, 12 de noviembre de 2010

Supernova


La sala estaba atiborrada de periodistas, camarógrafos y otros curiosos menos importantes. El estrado se encontraba repleto de científicos enfundados en batas blancas, cada uno con sus respectivos juegos de notas manuscritas.
En la pantalla seguían pasando imágenes.
—Lo que ustedes ven —dijo el científico más joven, de aspecto aniñado y voz chillona—, son las únicas imágenes decentes de las supernovas 1987A; 2005AP y 2006 SNAS. Los acontecimientos de éste tipo mejor registrados y más cercanos a la Tierra.
Siguieron una serie de cegadores flashes y aplausos aislados.
—Como notarán —continuó el mismo científico—, las imágenes resultan deficientes, inexactas. Fueron tomadas con la mejor tecnología del momento en que ocurrieron, es cierto. Pero aún así, no resultan útiles.
—¿Para qué? —interrumpió un anónimo periodista desde la oscuridad de la sala.
—Como les decía —continuó luego de unos instantes el científico—. No nos son útiles para nuestra investigación.
—¿Qué es lo que están investigando? —preguntó otra voz desde el fondo de la sala.
—El origen del universo, el sentido de la vida y todo eso —dijo enigmáticamente el hombre de ciencia—. Y para ello necesitamos contemplar el desarrollo de una supernova desde más cerca y, claro, desde sus inicios.
En medio de la nueva ola de aplausos y flashes llovieron preguntas:
—¿Volverán los vuelos espaciales?
—¿Qué estrella observarán?
—¿Quién tripulará las naves?
—¿Cómo planean hacerlo?
—Señores, por favor —dijo el científico—, de a uno por vez. Si, habrá viajes espaciales. Pero no serán tripulados. No observaremos una estrella, sino al Sol.
—¿Cómo?
—¿Qué?
—Provocaremos la trasformación del Sol en una supernova para estudiarla. Es mucho más sencillo, y barato, que desplazarnos por la galaxia pretendiendo pescar el momento exacto en que eclosione una supernova.
—¿Eso es reversible? ¿El Sol regresará a su estado original una vez realizadas las observaciones?
—¡Por supuesto que no! —respondieron a coro todos los científicos.
—Llegaremos hasta las últimas consecuencias, para que el éxito corone nuestra investigación —exclamó el joven científico que dirigiera la presentación.
—¿Pero una supernova no destruiría a la Tierra?
—Es parte de la teoría, si —reconoció el científico—. Pero no lo sabemos a ciencia cierta, aún. Queremos comprobarlo, a eso responde nuestro experimento.
Nadie aplaudió, tampoco se tomó fotografía alguna mientras el asombro y el silencio ocupaban la sala.

15 comentarios:

Raymunde dijo...

En el nombre de la ciencia... Sería, efectivamente, lo último que queda por hacer.

Geraldine, dijo...

que raro el hombre haciendo cosas por ambicion sin medir las consecuencias...

Tres bufones muertos dijo...

Esto quiere decir que en el 2012 punchi punchi el mundo y solo se salvaran los que escuchan a Dj Tiesto?

Bla dijo...

En el nombre de la ciencia ya se están haciendo un par de cagadas.

Caro Pé dijo...

SE acaba el mundo!

Pavada de investigación "El origen del universo, el sentido de la vida y todo eso" jajaj

Me gustó el comentario de Dumuzi.
Salut

Caro Pé dijo...

Todos los comentarios me gustaron en realidad,
Ahora sí me voy...

Joe dijo...

Debe ser la hora pero no entendí demasiado el remate =P

El fin del mundo es el comienzo de otro final.

jlg

oenlao dijo...

lo primero es la ciencia

Thor_Maltes dijo...

Bastante bueno el relato, mantienes una tónica pesimisa en todos los que he leido.
Un final es solo el comienzo para otro.

Nelson dijo...

Jajaja, muy graciosa la escalada de tonterías en la que algunos científicos se enfrascan. Has captado ese instante atroz en que uno se siente solo, abandonado ante la estupidez.

Manco Cretino dijo...

Quétal, quétal...
Ha pasado ud. por http://revistadeacaydealla.blogspot.com/?
Por ese barrio (al que ud. acude de vez en vez) se le ha dejado una invitación para viajar hacia la nada. No se lo encuentre!
Ahuyenta... Manco Cretino

Pazchi dijo...

Superfluosidades.

Los ponemos a los científicos en una nave y los mandamos al sol, pare que lo estudien.

Saludos

Pazchi

Anónimo dijo...

Raymunde: Hay gente dispuesta a todo. Nunca lo dudes.

Garaldine: Es cierto, que raro el hombre…

Tren bufones ciegos: No sé qué pasará en el mundo en el 2012, para esa fecha espero estar en otro sitio.

Dumuzi: Desde hace rato, si.

Caro Pé: Es un pequeño homenaje a Douglas Adams, que se lo lee poco y se lo recuerda menos.

Joe: El final es que los científicos no creen en el sentido común de que si estalla el sol se acaba la tierra, y quieren comprobarlo con sus propios ojos. Es una crítica al cientificismo porque sí.

Oenlao: Y lo último también.

Thor Maltes: El pesimismo empapa cada aspecto de mi universo. Me es imposible escaparle. El final siempre es cíclico. Explota el sol, un nuevo Big Bang.

Hombre de Neanderthal: La peor parte es que tienen el poder de decirlo, creerlo y, tal vez, hacerlo. ¿Cómo no nos vamos a sentir desprotegidos?

Manco: Si, ya pasé…

Pazchi: Es una buena idea. Seguro que si le damos la teoría correcta se suben sin problemas.

Saludos a tod@s

J.

Noelia A dijo...

La ciencia, esa que cuando hace un buen hallazgo enseguida estudia la manera de aplciarlo como arma. Se hace tan insensible, que se vuelve suicida.
Saludos

Raymunde dijo...

Me quedé pensando en este relato estos días. Y quizás la pobre ciencia no tiene ninguna culpa. Al fin y al cabo, es un intrumento. Los que la manejan, en cambio, están dotados de conciencia y deberían saber diferenciar lo bueno de lo malo. Deberían - siempre en condicional, como nos ha enseñado la realidad.