Ruega para que entonces no me haya cansado de repetir siempre lo mismo, que las palabras conserven el mismo sentido y puedas comprender a lo que me refiero.
Hoy te deslumbran y aturden voces y músicas estridentes en su vacuidad; y prefieres no hacer caso a las señales del colapso inminente que vivirá, más pronto o más tarde, el mundo libidinal que habitas.
Si para entonces no estoy a tu lado, si no permanezco a la sombra de tu entendimiento intentando que mis palabras lleguen más allá de tus oídos. Si para entonces miras a tú alrededor y no puedes encontrarme, si no soy más que un recuerdo curioso, no me busques.
Si quieres evitar hundirte en el desprecio, no me busques.
Para evitar los reproches de energías malgastadas y años desperdiciados en gemidos, no me busques.
Si no quieres escuchar y sólo ansías compañía, no me busques.
Es más, sabes qué…. No me busques para nada, porque para entonces habré evolucionado en otro ser, otra materia, un mundo apartado del universo corrompido.
Ya lo sabes. El día que quieras escuchar algo diferente a los halagos, no lo tendrás. Como tampoco me tienes ahora.
Adiós.
Nunca recibirás ésta carta despedida, porque sé que nunca la leerías.
Hoy te deslumbran y aturden voces y músicas estridentes en su vacuidad; y prefieres no hacer caso a las señales del colapso inminente que vivirá, más pronto o más tarde, el mundo libidinal que habitas.
Si para entonces no estoy a tu lado, si no permanezco a la sombra de tu entendimiento intentando que mis palabras lleguen más allá de tus oídos. Si para entonces miras a tú alrededor y no puedes encontrarme, si no soy más que un recuerdo curioso, no me busques.
Si quieres evitar hundirte en el desprecio, no me busques.
Para evitar los reproches de energías malgastadas y años desperdiciados en gemidos, no me busques.
Si no quieres escuchar y sólo ansías compañía, no me busques.
Es más, sabes qué…. No me busques para nada, porque para entonces habré evolucionado en otro ser, otra materia, un mundo apartado del universo corrompido.
Ya lo sabes. El día que quieras escuchar algo diferente a los halagos, no lo tendrás. Como tampoco me tienes ahora.
Adiós.
Nunca recibirás ésta carta despedida, porque sé que nunca la leerías.
14 comentarios:
Me gusta. Me gusta.
Solamente... suscribo a tus palabras.
a ver...algunas almas evolucionan, otras siguen avanzando...si quien queremos es disminuido en sentido espiritual, no hay nada que hacerle..yo sigo pensando que los ignorantes son mas felices que los pobres que nos damos cuenta de la cruda realidad....
No hay peor ciego que el que no quiere oir.
Un beso José! =)
Tu mejor entrada, debería leerla en los colegios mientras se izan las banderas.
Aplausos.
jlg
hola,
paso,
leo.
me llevo un poco de azucar en una taza.
gracias.
Realmente, como dicen muchos, el mejor texto que has publicado. Se nota cierto aire nihilista, y que se deriva de algun suceso personal.
No hace falta desprenderse de lo material para llegar a la espiritualidad... Es un grado superior, todo mental.. Creo, confio y sé que se puede hacer... Sólo esta en uno!
Si quieres evitar hundirte en el desprecio, no me busques.
Para evitar los reproches de energías malgastadas y años desperdiciados en gemidos, no me busques.
Me encantó esa frase...
durísimo.
"La vida empieza en el momento que la muerte se sentó a descansar, agobiada de tanto andar corriendo"
Al que le quepa el sayo, que se lo ponga, jaja.
wow, me encantó!
te sigo.. un beso!
Gracias a tod@s por sus comentarios. Espero poder mantener el nivel.
Saludos
J.
uff.. mal viejo si los hay.
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