Dio uno, dos, tres pasos, antes
de desplomarse sobre la arena. Muerto. Dando por tierra al joven e inexperto
jinete que poco pudo hacer para evitar el golpe.
Habían
atravesado millas de desierto sin ver la menor huella de civilización, sin
encontrar surtidor de agua, ni petróleo, alguno.
Faltaban
varias millas aún para llegar a la Tecno-Ciudad. El muchacho miró con
desesperanza la arena que lo rodeaba. ¿Por qué habían construido ese
asentamiento tan en medio de la nada? ¿Habría un oasis allí? ¿Una mina? ¿Por
qué le habían dicho que a caballo era la forma más fácil de llegar hasta allí?
¿Y por qué había creído en ellos?
¿No tenían
aerodeslizadores como en todos lados? ¿O estaban burlándose de él?
Podía quedarse
allí, deshidratándose e hilvanando fantasías, o podría intentar llegar hasta el
Tecno-Poblado por sus propios medios. Eso significaba, sin lugar a confusiones,
caminar, sudar, cansarse y, quizás, acabar como el caballo.
Comenzó a
caminar lentamente, con precaución y dificultad, como quien recuerda un
ejercicio. Uno que practicara tiempo pero que había quedado en el pasado,
enterrado por el peso de otras experiencias.
Subió y pasó
loma tras loma, con arena y ni una pizca de sombra para cubrirse. Y tras cada
loma le esperaba la soledad del desierto, junto con la esperanza de que detrás
de la loma siguiente se hallaría frente a frente con el pueblo donde, por fin, podría
descansar.
Pero, tras
cada loma, solo encontraba desierto y soledad, arena y ausencia y, por sobre
todas las cosas, sed.
Aquí termina
la historia, lo demás es leyenda.
Si encontró,
luego de innumerables lomas, la Tecno-Ciudad; si falleció de hambre o sed; o si
aún vaga por el desierto, son meras conjeturas.
15 comentarios:
Disculpen que no comente mucho, pero otra vez estoy sin internet en mi casa.
Suerte y paz para tod@s
J
Mmmm, yo creo que se encontró con el alma de la Difunta Correa, que andaba penando por ahí, y ésta lo guió hasta un grutita que habían improvisado los pueblerinos a las orillas de una ruta instransitada. Y como el principal elemento con que le rinden tributo a esta dama es el agua embotellada... Pues ahí yo creo que encontró una buena provisión.
Dejaste final abierto, jaja, haber si ejercitamos la imaginación.
saludos
Lo que me preocupa es la rapidez del tiempo.
Uff, la historia de tantos que no son tantos...
Quién no puso el alma y otros las desganas...
Ninguna paz, hay que inmolarse en Fibertel y Arnet, putos.
Me gusta éste escrito, pero me hizo recordar al del libro que me prestaste, aunque el tuyo es más interesante, sobre todo porque es corto el otro era largo y tedioso.
Suerte, a ver cuando vamos a comunicarnos cara a cara pero por MSN cada uno en su Netbook, =P
jlg
me llegó la ola de calor y los granos de arena del desierto...hasta se me secó la boca....muy bien relatado....
jajaja
me hacés reir con tus comentarios
sabés?
"saludos.
L."
Aaaaahhh bueeeenoo!!! Claro... y eso de que estás sin internet en tu casa te parece excusa suficiente???
¿Estás ahorrando??? No te alcanzó para un final, aunque fuera baratito??? Ahora por vos este pobre animal tal vez aun esté caminando, hecho papa y esperando su final, en el mejor de los casos.
Avisá, Dragón cuando estés asi de complicado: entre todos te podemos ayudar con algunas fetas de finales...
Se solidariza... Manco Cretino
me hiciste reflexionar sobre el tema.
yo me rio casi siempre de todo.
pero hay cosas de las que (pensandolo friamente) debería cagarme de risa (como para que "me resbalen")y no me rio!
es un síndrome?
síndrome de risa selectiva.
qué lo parió.
fresco, Fresco como siempre...un gran abrazo y espero estar mas seguido por aqui...
¿Y si la vida fuera con final abierto?
No sé. De repente te leo y se me cruza esa pregunta.
Un abrazo!
y tampoco importa lo que piensan, no?
vaya paranoya...
:)
:)
:)
gracias otra vez.
así me va por decir cosas brutales,
fijate en pocketpop...
saludos!
L.
Una búsqueda eterna. Todos tenemos una.
Besos
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