lunes, 30 de agosto de 2010

Más allá de la ciencia


El salón de clases estaba casi vacío. Casi porque aún permanecía en él uno de los alumnos, escribiendo frenéticamente en su libreta. Sin atender a los mensajes del altavoz, sin percatarse de la hora ni el lugar.
Escribía.
La tinta llenaba ya varias páginas, en una caligrafía difícil y apretada, una grafía personal, que pocos entenderían.
No se esforzaba por cambiar la letra, para hacerse para todos entendibles. No, continuaba fiel a sí mismo, nada más le importaba.
El trance de creación en que se encontraba llevaba horas, desde el comienzo del día en que la inspiración se materializó en su persona. El ocaso no parecía poder interrumpirlo, sino que lo acompañaba con su lento declinar hacia otros mundos, hacia la ficción, la fantasía de la imaginación pura.
Nadie sabía que aún permanecía allí dentro; horas había pasado desde que el resto de los alumnos, los profesores y los maestranzas se habían retirado a sus hogares sin que se percataran de tan extraño comportamiento.
Continuaba escribiendo, aún en medio de la noche, cuando luz alguna le iluminaba.
La extrañeza, lo sobrenatural del asunto, lo descubrió el sereno del edificio. Él fue quien relató a las autoridades que vio arder intensamente una luz blancuzca por una de las ventanas, y que al llegar al salón en cuestión sólo encontró cenizas grises y frías en el suelo. Junto con algunos restos de papel chamuscado sobre una mesa.
Atendiendo a que la combustión espontánea de las personas no existe, los directivos de la Institución decidieron que aquel incidente no era más que una broma de los alumnos de la clase de química aplicada.

8 comentarios:

malbicho dijo...

iba a escribir un comentario muy sesudo, pero la palabra de verificación dice "sexo"... y eso me distrajo y ya olvidé lo que venía a decir

(´ay será pa´lotra)

Anónimo dijo...

Por momentos me hiciste acordar a "La escuela de noche".

El final es depre, me hizo sentir re mal, bah, por lo menos lo que yo entendí... jaja

Pensé también en el Fénix pero me pa que no era tu idea jajaja pero necesitaba un feliz más... ¿alentador?

Joe dijo...

Buen final, mala onda, irónico, como siempre!

jlg

Unknown dijo...

Al llegar al final recordé la última escena de "Como agua para chocolate" y pensé en decirte que la combustión espontánea de las personas si existe, sobre todo cuando se encuentran en cualquier parte muertas de amor pero no sé si esta reflexión románticamente egoísta sirve como comentario para tu historia.

Bla dijo...

Es genial ver cómo algo crece como 'the blob' y sin embargo del otro lado sigue habiendo siempre lo mismo; preguntas sin respuestas.

Manco Cretino dijo...

Pucha... no me esperaba ese final.. pero qué vamo'sacer.. ese pibe está muy quemado! (comentario bastante p...)

Anónimo dijo...

Mal Bicho: Son cosas que pasan y que no podemos evitar. La tecnología está preparada para distraernos.

Despe: Todos tenemos finales ‘depres’ de vez en cuando, son parte del juego, si no sería muy aburrido. No puedo ingresar a tu perfil…

Joe: Es lo que hay. No estoy para pensar otras cosas.

Maktub: Yo no sé por qué murió éste personaje, si fue por amor, por abandono o por alguna otra causa. También leí esa novela, y es lo mejor que ha escrito Esquivel, por lo menos para mí.

Mitófago: Vida, Sr. Mitófago, las preguntas sin respuestas, y las respuestas sin preguntas se llaman vida.

Manco Cretino: Comentario muy acertado el suyo.

Saludos a tod@s.

Raymunde dijo...

Las palabras como lava que quema todo en su camino. Bonito.