Si. Te seguía.
Más o menos
desde que nos cruzamos en el tren. Pero, para que te tranquilices, no era algo
que tenía planeado al detalle. Fue, más bien, el azar.
Él quiso que bajáramos
en la misma estación, por la misma puerta, muy juntos, casi rozándonos. Tan
cerca que podía distinguir la música que sonaba en tus audífonos.
Creo que, en
ese momento, todavía no lo habías notado.
Después caminamos
varias calles siguiéndonos, a veces tú aceleramos el paso, a veces lo hacía yo
para no perderte entre la gente.
Me mantenía siempre
detrás, mirando por sobre tu hombro, como la sombra que, definitivamente, no
era.
Supongo que en
alguno de los semáforos te percataste de mí. Por lo menos me miraste a los
ojos.
Luego retomamos
el juego sin reglas, del que nadie saldría ganador ni nadie perdería. Un juego que
era pura diversión.
A las pocas
calles comenzaste a dudar de mis intenciones, lo noté en tus movimientos
vacilantes, en tu constante mirar hacia atrás, hacia mi, hacia mi sonrisa entre
dientes y en el que intentarás cambiar la dirección de tus pasos varias veces. Sé
que mi aspecto no se prestaba a buenas interpretaciones, pero toda persona no
es más que una cebolla, con una capa de intenciones sobre otra bien diferente,
aunque similar.
Apretaste la
cartera y aceleraste, más aún, el paso al bajar por la escalera mecánica del
subterráneo que apareció en una esquina.
Entre la
boletería y los molinetes noté tu miedo y mi adrenalina se disparó. El tiempo comenzó
a fluir más despacio.
Otra vez casi
pegados bajamos al andén para continuar el viaje. Me alejé unos pasos y, cuando
el tren llegó, subí distraídamente por la puerta más cercana. Me volví
buscándote cuando me percaté de que no estabas frente a mí y que las puertas se
cerraban automáticamente
Saludabas
desde el andén con una media sonrisa. Levanté la mano y señalé el reloj
pulsera. ¿Mañana a la misma hora? Te
preguntaron mis ojos.
Asentiste con
un leve gesto que acentuó tu sonrisa.
10 comentarios:
-- Jojojojo! Muy bueno maestro, y vivieron felices en Nuncamas!
jaja, muy bueno, citas inesperadas en lugares inesperados...
abrazo
druida
¡Uhhhh, qué emoción... mañana a la misma hora! Suena a promesa.
Son lindos estos encuentros, ¿no?
Saludos, dulce amigo... dulce, por lo de "Azúcar".
Muchas Gracias Total
Pasa lo de siempre, lo urgente le quita tiempo a lo importante, pero acabose de acabar pronto, al menos esta semana me saco los tomuer de encima y del placard.
jlg
Caperucita Coja y el bobo.
Para la próxima una violación eh.-
El preámbulo puede llegar a ser más importante que lo deseado, tan fácil como diferenciar al azar del destino.
amore amore
Jota Pe: Es un final posible...
Druida de Noche: Eso o un robo que salió muy mal...
Clara y Pepe: Emocionantes, porque uno nunca sabe lo que va a encontrar en el tren.
Joe: Sigo esperando, sigo esperando...
Anónimo: Lo voy a pensar (mentira, ya lo pensé...)
Hombre de Neanderthal: Como decía Pascal, lo peor es siempre alcanzar lo deseado.
Oenlao: Eso mismo.
Saludos a tod@s
Excelente!
Me recordó a Raymond Queneau, por alguna razón.
Pasando a la historia, ninguno de los dos faltaría a la cita el día siguente.
Saludos.
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