miércoles, 19 de mayo de 2010

La niebla y los desconocidos

La ciudad se difuminaba entre la niebla, el smog y la humedad. Adivinaba contornos y figuras, pero nada definido, nada sólido.
Caminaba y el aire se condensaba sobre mi rostro; la ávida necesidad de hallar algo sobre lo que reposar la mirada ardía en mis ojos. Pero solo vaguedades ilusorias se descubrían cada pocos pasos.
Las risas y los gemidos que se escuchaban claramente me decían que no era el único que allí estaba.
Choqué, queriendo hacerlo, con alguien.
—Disculpe —dijimos ambos.
—Me estoy buscando —sé que dije—. ¿De casualidad no sabe dónde puedo encontrarme?
—Lo lamento amigo. Quizás la oficina de informes pueda hacerlo.
—¿Y dónde queda eso? —pregunté sorprendido de no haberlo pensado antes.
—Pregunte en el puesto de informes.
—¿Y dónde está? —volví a preguntar temiendo que la respuesta me llevara a un diálogo circular sin sentido.
—Junto a la fuente de niebla —respondió antes de alejarse, lo noté por sus rápidas pisadas, pero no pude ver en qué dirección señalara.
Mis ojos no se acostumbraban a aquel sitio, y mi intuición llevaba décadas siéndome por complete inservible. Me movía como un murciélago extendiendo mis brazos, preguntando a cada persona que atrapaba por la oficina.
Por señas y empujones pude llegar.
Pero, como no podía se de otro modo cada vez que intervenía mi maldita suerte, al llegar encontré la oficina cerrada por reformas.

10 comentarios:

Paqui Dani dijo...

Buenísimo!

Estupido dijo...

Como un turco en la neblina. Recuerda ud. la invasion de niebla y humo que nos asolo luego de la nevada. Nadie puede decir que dos días se parecen.

Joe dijo...

Que maná de terminar las historias sin final feliz, no ves que la gente necesista saber que todo esta bien?, que no pasa nada?, que estamos protegidos por Dios y la Virgensisima virgen desata scotches?

jlg

Noelia A dijo...

Muy bueno, parece hilvanado bajo el influjo de Kafka, ese asunto de preguntarle a otro con total naturalidad a dónde puede ir uno a buscarse y que el otro le responda como si de hacer un mandado se tratara. Me gusta este tipo de relatos, sobre todo porque desde este aborde literario uno puede decir las cosas más crudas sin que caigan como un hacha sobre los prejuicios de la sociedad o los de uno mismo. Es la ventaja del surrealismo, cada cual ve lo que sus ojos le dejan.
Saludos, compañero, y me pareció buenísimo el relato.

Anónimo dijo...

La historia de nuestras vidas en esta infame sociedad.

mikkonoss dijo...

Intentar encontrarse es difícil, pero lograrlo, aterrador.

oenlao dijo...

yo estuve pescando en una laguna en esas mismas condiciones..

Nelson dijo...

Estupendo el relato. Ya se pueden encontrar muchas lecturas, la niebla, las preguntas. Muy bueno.

Manco Cretino dijo...

No quiero crear falsas espectativas en vos.. pero no te extrañes si al momento de abrir (si pensas volver a la oficina) te encontrás con vos mismo, que también te vas a estar buscando... a vos mismo.
...
???
Cree entender... Manco Cretino (que una vez se encontró consigo mismo en el velorio de un pariente; dicho sea de paso, gran lugar de reencuentros)

Anónimo dijo...

Dulce Daniela: Gracias

Estúpido: Si que la recuerdo, y también la asocié con El Eternauta. Y de seguro no fui el único.

Joe: Los finales están sobrevalorados. Nunca nada termina, ni bien ni mal.

NoeliA: No sé si será surrealismo o alguna otra cosa. Lo que sí sé es que mis dedos los escribieron de ese modo.

Anónimo: ¿Hace falta decir más?

Mikkonoss: Algunos caemos en el error de intentarlo varias veces en la vida. O varias veces el mismo día.

Oenlao: ¿Sacaste algo?

Hombre de Neanderthal: Entonces estoy haciendo bien las cosas.

Manco Cretino: Eso es lo que se llama una interpretación de la puta madre.

Saludos a tod@s