Huimos de Londres entre las
llamas, la inundación y la inmundicia. Para poder viajar ligero dejamos todo
atrás, una vida, una esperanza, una fantasía; lejos de las persecuciones, el
trauma y el dolor que nunca extrañaríamos
Idea alguna de
dónde ir teníamos.
En el
continente montamos un tren rumbo al este, adrede olvidamos preguntar cuál era
su destino. No nos importó ver las estaciones fluir una detrás de otra, y otra,
y otra. Porque había tiempo para el futuro.
O eso creíamos.
Un tren. Luego
otro tren. Y un tercero, nos tomó llegar al que creímos el último refugio: la
ciudad de Bangkok, la Vieja. Un resabio del antiguo sistema de ciudades
capitales de los imperios superpuestos.
La última
ciudad cosmopolita en permanecer en pie.
Razas, lenguas
y modos se mezclaban sin más, sin luchar, dejándose transformar en una masa de
saberes innecesarios que compartíamos todos por igual, casi sin diferencia,
pero con mucha indiferencia.
Encontramos
una casa y la decoramos a nuestro gusto ancestral, llamando la atención de
inmediato. Los ingleses nos decían,
aunque les explicáramos cada vez que éramos nacidos en Gales. No les importaba
esa diferencia, no la veían, no la entendían o no hacía falta en aquel nuevo
mundo tanto como en el que fuera nuestro.
Éramos los más
recientes en haber llegado a la ciudad; despertábamos tanta curiosidad que,
prácticamente, se nos obligó a dar una fiesta presentación en nuestra casa y a
nuestra costa, como correspondía, según nos dieron a entender.
Nos conocieron
y conocimos a casi todos. Artistas, parias, predicadores, onanistas,
alquimistas, cosechadores de sueños, chupasangres, militantes retirados y recaudadores
de impuestos.
Bebieron de
nuestros licores, las últimas botellas escocesas que habían escapado de la
destrucción, y pisaron nuestro césped, en clara señal de amistad.
Nos llevamos
bien con todo el mundo. O eso pensamos. Porque unas semanas después, una
prostituta que se decía oriunda de Valparaíso, nos delató. Le pagamos sus
servicios con libras esterlinas y ella, dijo, no aceptaba otra moneda diferente
al placer.
Desde
entonces, hemos vuelto a huir sin más.
16 comentarios:
Me intriga tu fuente de inspiracion...
No esperaba este final.
Me levanto y te aplaudo de pie, hoy me dejaste sin palabras, maestro! :)
Un besote y muchas felicidades para usted y los suyos!
Sagrada Concupiscencia.. todos carecen aún teniendo en demasía.
(lo que me recuerda el hambre que tengo todo el santo día aún estando gordito)
las mujeres solemos ser traicioneras...
escribes de maravillas....me iba imaginando el viaje....
se dara vuelta el mundo de ese modo????????
Muy feliz navidad loco!!!!!
¡Ah! que texto y qué viaje. Vengo a dejar un abrazo fraterno y solidario, que el año, ese que ya casi llega, sea para este Dragón de Azúcar sólo feliz felicidad, motivo para desparramar azúcar en sus textos, larga vida al blog.
Abrazos.
...o sea, a ella no le plugo.
Feliz navidark! xD!!!!
pasaba!
hixe tarjetita =P espero ke te guste n_n
kisususus
sammy!
che, yo no traigo caña. me convida ud?
muy bueno el post eh!!
saludos!!
Por mucho que uno se aleje de paisajes cotidianos a rumbos desconocidos siempre se encuentra a alguien que no acepta más moneda que el placer.
Eres brillante en tus escritos y en tu forma de exponerlos.
Un gran abrazo
El calor saca a relucir mi peor costado.
Al final son todas iguales...
No me resisto a escribir algo que suene a "poco inteligente", no esta mal dicho, no me sale otra cosa seguramente.
Te estas volviendo un Borgiano. El final es digno de Bolaños (el Chileno, no el del Chavo del 8)
jlg
Me encanta que la moneda de cambio sea placer... ¿vale sonrisa?
Un beso, y un final inesperado.
LADY JONES
Los deleites de la pro.( linda manera de redactar)
que tengas un lindo Año 2010, lleno de bendiciones para Ti, un abrazo.
Au revoir & Adio.
¡Que el 2010 nos encuentre... Bah, con que nos encuentre es suficiente!!!
Un abrazo de este Manco (cada año más) Cretino
Mechi: La verdad es que a mí tambíen...
Andreita: Muchas Gracias.
Malthus: Habrá que ver qué podemos hacer para que todos sintamos algo, por lo menos, similar. ¿No te parece?
Geraldine: Sobre cómo escribo no puedo opinar (modestia, que le dicen), sobre las mujeres...
Titán: Podríamos intentarlo. ¿salimos por Constitución?
Lumpenpo: Gracias por los saludos y los deseos que devuelvo para que comiences el año muy bien.
Mikkonoss: Así parece.
Samanta: Ok, saludos. Nos seguimos leyendo.
Tierras de Georgelott: La caña, como el agua, no se le niega a nadie.
Tisbe: El placer mueve montañas dicen que dicen en algunos clubes nocturnos... Gracias por los comentarios.
Dulce Daniela: Ahora me quedo más tranquilo.
Joe: ¿Lo dudabas? No leí nada de Bolaños así que no sé si es un cumplido o un insulto. Sobre Borges, él escribió tanto que, de un modo u otro siempre terminamos pareciéndonos a él todos los que escribimos después.
Saxofonista: Todo tipo de placer, nada queda afuera.
Diego: Gracias y feliz 2010 para ti también.
Manco Querido: Gracias por los saludos.
Saludos
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