viernes, 16 de enero de 2009

El jardín de las estatuas lloronas

Cuando quieres paz, silencio, quietud; cuando quieres alejarte de todo eso que pesa insoportablemente sobre tus hombros y tu cuello; cuando quieres un minuto de soledad para pensar, ¿qué haces?
Caminas por el parque, o te sientas en alguno de los bancos que se esconden entre las estatuas y los árboles. El lugar perfecto para pensar, para hundirse dejándose llevar por las olas de la razón y descubrir universos con el pensamiento. Es algo tan sencillo y, a la vez, tan bello que puedes hacer en cualquier parque.
En cualquiera excepto uno.
El jardín de las estatuas lloronas no es para nada silencioso; nunca lo ha sido. Ni siquiera las aves se detiene en él para reposar sus cansadas alas; los árboles no dan frutos y aromas; y el pobre césped siempre luce mustio.
Lo único que allí existe son las quejosas, insufribles, insoportables, estatuas lloronas. Estas no dejan de lamentarse en ningún momento, por ninguna razón, ni siquiera por error. Siempre encuentran algo por lo que entristecerse y la tristeza, como es sabido, atrae lágrimas, las lágrimas el llanto, y el llanto las quejas. Después llegan los gritos de desesperación y congoja.
Lo último que supe de tan desasosegado lugar,al que supe visitar en otros tiempos, fue que las estatuas se quejaban de que nadie las visitaba. Esto tal vez se deba a que sus gritos, sus constantes lloros y lamentos espantaban, incluso, a los sordos de la ciudad que aún solían pasear por aquel desangelado jardín.

15 comentarios:

zeta dijo...

Hmmm, sordos... Tengo que escribir sobre eso... Por cierto, qué manera de unir las palabras, aunque me sonó a discurso político, que al fin y al cabo no lo dan a menos... Suerte.

zeta dijo...

No sé, mi estimado, si así fuera los matones serían considerados un bien por la humanidad...

zeta dijo...

Pues ni crea, los traficantes, algunos, hacen las cosas a lo loco; no puedo negar que me salió muy marqueciano el texto...Perdone... U_U

zeta dijo...

Por lo menos para un psicólogo, que no recuerdo el nombre, sí, después no sé. Hmmm, la memoria es luz, el olvido y todo lo que guarda es sombra...Ambas son posibles...

mikkonoss dijo...

Guau... creo que conozco a varias de esas estatuas, pero éstas, lamentablemente, no están ancladas en ningún jardín, éstas caminan, se mueven ...y te persiguen. Y aunque he hecho de todo para volverme sordo, aún logran aturdirme.

Laura Abril ! dijo...

Quer hemorso relato.
Muy lindo, en serio.


De que te convencí con Dominique?

Joe dijo...

Inquietante.


Julieta te va a cagar a pedos por lo de "lo que hayque leer", ya esta, cagaste!

GIL!

jlg

Manco Cretino dijo...

Algunos encuentran paz, tan solo a veces, durmiendo.
En mi pueblo tenemos el Monumento al Inmigrante. Dudo que la encuentre junto a él... es tenebroso te diria (con decirte que algunos lo llamamos Monumento al Moco!).
Más allá de mis estupideces, tu texto es muy bueno, realmente. Breve, entretenido, con puntos muy bien pintados.
Asustado... Manco Cretino

P dijo...

La verdadera paz se encuentra en nuestro interior..

Un beso grande

Anónimo dijo...

Zeta: Gracias. Y si, siempre hace bien escribir sobre sordos. Pero no sé por qué.

Zeta: Hay veces en que sí le hacen un bien a la humanidad, otras no. Como todos.

Zeta: Sobretodo si esos traficantes estan 'cargados' con su producto...

Zeta: Pero a veces la memoria también es oscuridad y no porque sea parte del olvido, sino por las cosas que recuerda.

Mikkonoss: Volverse sordo es fácil, con la tecnología de hoy es suficiente con usar un repoductor de mp3 en la calle.

Laura abril: Gracias. espero que regreses.

Joe: Ya hablaré con ella para arreglar el asunto. Y si, quería que fuera un poco inquietante.

Manco: ¡El monumento al Moco! ¿Cómo no se me ocurrió antes? Creo que lo usaré en algún otro mundo. Gracias por tus palabras.

PaUh: ¿Pero como alcanzamos nuestro interior con todo el bullicio de nuestro alrededor?

Saludos

JLV dijo...

D:
Lindo eso del jardín de las estatuas lloronas. Lágrimas, sollozos, quejas.
Me gustó mucho. Tan grises por el tiempo.
Lindo texto.

Anónimo dijo...

Grises por el tiempo y castigadas por la desidia de los hombres...

Saludos

Bla dijo...

Me deja pensando en los hombres hechos estatua.. como Moisés, Jesús o aquél bello Apolo.

Anónimo dijo...

Nosotros mismos, en el futuro...

Saludos

Anónimo dijo...

Tu relato esta demasiado condensado, y tienes tela de donde cortar, es original y puedes sacarle provecho, es cosa de que te propongas, no le tengas miedo a escribir. Para empezar, qué dicen las estatuas entre ellas, o conversan con el visitante, su voz es murmullo, supongo... si se quejan de que nadie las visita, no hay continuidad. Tienes talento y eres creativo, no te detengas y sigue, total si escribes tonterias, de eso se trata ¿no?