jueves, 31 de julio de 2008

Obsequio

La sonrisa inundaba su rostro como la marea de la tarde inunda las playas del sur, por fin, podría utilizar algo del conocimiento que acumulaba en su cabeza. Luego de cientos de películas, cuanto libro había en la casa, revistas y artículos en la red, creía saberlo todo al respecto y, por ende, no tenía dudas de que manejaría aquella situación mejor que cualquiera.
    Por eso había olvidado mencionar en su casa a los humanoides fosforescentes que se escondían en el bosque. Además, estaba segura que eran pacíficos, que ella era el primera en descubrirlos, y qué mejor forma de comenzar una relación interespecie que con un obsequio.
    Pensando en ello, aquella tarde entró y salió con mucho sigilo del estudio de su padre, para correr luego hacia el bosque. Allí, entre los árboles centenarios, le esperaban sus nuevos amigos, aunque, claramente estos aún no lo sabían.
    Llegó casi sin aire, sin dejar de correr en todo el trayecto. Despeinada, sudando y resollando se acercó a los extraños seres que la había oído llegar y observaban sus gestos con algo similar a la curiosidad.
    Eran unos pocos, apenas una media docena; de mediana estatura, ella, con sus pocos años, les sacaba una cabeza; escuálidos, pero largos como espárragos; a pesar de todo esto, resultaban enormes a los ojos de la niña que extendió la mano hacia ellos para mostrarle entre sus dedos un viejo encendedor zippo.
    —Bienvenidos a la raza humana —dijo sonriendo apenas recuperar el aliento.
    Las últimas pericias de los bomberos corroboran lo que ya se sabía. El incendio que se desató en el bosque, y que había consumido la ladera entera, había sido intencional.

6 comentarios:

Mechi.- dijo...

Habrá sido un daño colateral :P

Sabrina Konz dijo...

Siempre es un placer leerte, my friend!
Excelente relato.
Un beso.

El Titán dijo...

Un pirómano mezclado con Snake Pliskenn, delirio incendiario...

PD:no sé como se escribe plisken, perdón...

JLV dijo...

Sinistro, fogoso, llamativo, resollante y zippodélico.
Chido texto, Dragón.
Saludos.

Anónimo dijo...

Mechi: Daños colaterales hay en todos lados (incluso esa película es uno), pero hay que saber reconocerlos como tales, o sólo queda en eso, en algo colateral, sin importancia.

Gracias Lina, yo pienso igual sobre tu hermoso blog.

Titan: Yo tampoco sé como se escribe ese nombre, pero sí, la idea venía por ahí.

Jlvasconcelos: zippodélico, es cierto.

Gracias a todo por leerme.

Unknown dijo...

There Goes the Neighborhood !

(ixcilint)