Corría controlando el cronómetro
que llevaba en la mano, no necesitaba mirar la pista que conocía mejor que al
resto del mundo que le rodeaba; sólo miraba el cronómetro. Su única preocupación
era recuperar la velocidad que los años le quitaban, y demostrarle a la prensa
que no estaba derrotado, que su carrera no había terminado. Que, a pesar de lo
que decían sobre él, aún corría.
Corría, sólo,
sin ayuda, como siempre, con el cronómetro como única guía, sin nadie que le
dijera qué debía hacer, ni cuándo, ni de qué forma. No. Él podía hacerlo sólo,
siempre había sido así. No existía otra forma.
Pero sería de
necio negarlo, sus piernas ya no eran tan rápidas, sus reflejos no lo ayudaban.
Podía cambiarse las zapatillas cuantas veces quisiera, que no cambiaría el
resultado.
El cronómetro
no mentía.
Una vez más,
una vuelta más, aunque el costado izquierdo del pecho arda como el infierno y
los pulmones quieran descansar. No puede perder esa oportunidad. Un simple
dolor. Él volvería correr profesionalmente, aunque nadie lo esperara.
Volverían a
llamarle El hijo del viento.
Una vuelta
más, más tarde tendría tiempo de ocuparse del dolor.
Una vuelta
más, aunque más no sea para sentir el aire golpeándole en la cara y
repitiéndole al oído que él era el viento, no sólo su hijo. Y después, después
que sea lo que su corazón quiera.
4 comentarios:
Primero lo primero ;)
Excelente...
1-Gracias por tu comentario en mi blog...
2-Amo el azucar y su universo hoy en dia tan vilipendiado...
3-Estos textos me parecieron muy originales, versiones únicas de los elementos(podrías redefinir toda la tabla periodica).
Desde ya, en contacto...
Como bien dice mechi, primero lo primero, y como nadie sabe qué es lo primero, cada uno puede decidir por sí mismo. ¿No es genial la vida? (¿Ironía?)
titán: ¿Sabes quela tabla periódica son más de 150 elementos no? (pero no es tan mala la idea, voy a pensarlo)Y Gracias los comentarios.
Aire, sentimientos, el fluir de las voces y el inicio de las palabras...
Publicar un comentario