sábado, 10 de mayo de 2008

Graffiti


Dios no se preocupa más que de lo suyo, no se preocupa más que de sí mismo, no piensa en nadie más que en sí mismo y no se fija más que en sí mismo; ¡pobre del que contradiga sus mandatos! No sirve a nada superior y no trata más que de satisfacerse. La causa que defiende es únicamente suya. Dios es un ególatra
Con sumo cuidado, para no mancharlo con la pintura del aerosol ya hiciera lo propio con sus dedos, guardó el libro en el morral. Miró una vez más la máxima de Stirner y se preguntó si no sería demasiado larga y difícil de entender. Incluso le había tomado mucho más tiempo pintarla en la pared de la iglesia del que había pensado.
            Aun así, se sentía satisfecho. Había cumplido su mayor fantasía. Dejó el aerosol casi vacío junto a la pared y se giró para escabullirse por la misma reja rota por la que entrara. Pero, al girarse, se encontró que el sacerdote de la iglesia, y tres monaguillos, lo miraban a los pocos pasos, blandían pesadas cruces cual espadas y dos de ellos hacían girar los incensarios sobre sus cabezas a gran velocidad. Ellos sí estaban preparados para su forma de justicia.
            Si, la frase era tan larga que no le había dejado pensar en cómo huir del lugar. Por lo menos guardé el libro, pensó antes de recibir el primer golpe.

2 comentarios:

El Titán dijo...

EXCELENTE!!!!
(perdón por gritar, pero esto me dejo a la vera de una ruta muy ruidosa)...
Es verdad: Dios es un ególatra y su deseo configura el mundo...
La iglesia no entiende eso, su propio ego les nubla la visión....

Anónimo dijo...

Dos libros que todo el mundo debería leer alguna vez en su vida:

LA REVOLUCIÓN COPERNICANA de Thomas S. Kuhn

y

EL ÚNICO Y SU PROPIEDAD de Max Stiner