martes, 1 de abril de 2008

Rumores

Comenzó como un rumor que los labradores repetían con temor.
    Con los días se mezcló en los cantos de las lavanderas del arroyo.
    Fue parte de los juegos de los niños que lo oyeron de sus mayores.
    Todos lo sabían sin pronunciarlo, envueltos en la creencia de que la palabra daría lugar a sus miedos.
    Aunque nadie lo dijera, y se esforzaran por no pensar en ello, el sol les mostraba cada mañana la innegable realidad.
    Los animales huían, tanto los pacíficos come hojas como los solitarios depredadores, abandonaban sus cuevas, sus madrigueras, sus preciados refugios.
    Las hojas caían; sólo los raquíticos troncos de los árboles perduraban, ya sin esos frutos amargos y escasos, sin sombra y ni viento que los moviera.
    El barro reseco agrietándose en el lecho del viejo río, y las leyendas que hablaban de pasadas lluvias, oscurecía cualquier pensamiento.
    No se podía disimular lo que sucedía. Los animales se iban para ya no regresar. Las plantas preferían ser leña a sustentar más vida. La Tierra moría, ¿qué opción le quedaba a hombre?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estás desaparecido!!!

Gustavo Camacho dijo...

PREMIO: Te he otorgado el Premio Dardo pasa a buscarlo por Necesaria.
Merecido!.

Der Greine dijo...

Felicitaciones por tu premio! Te invitaré a cenar del jabalí que logré cazar. XD

Anónimo dijo...

Camacho: No sé qué es un Premio Dardo pero bienvenido y agradecido sea.

Morrigan: Me encantá el jabalí a las brazas, tiene un gustito especial.

Pfunkie: si, puede ser.

J.