La idea tuvo mayor repercusión de
lo que esperaba en un primer momento, ya que auguraba un fracaso rotundo, como
en la mayoría de mis proyectos. A continuación les dejo la historia extendida a
partir de sus aportes junto con algunas otras palabras de i autoría mezcladas
entre ellas.
Les recuerdo
que todavía nos falta el título, que tiene que ser ilustrativo de lo que la
historia cuenta pero sin evidenciar su contenido.
La historia comienza así:
Numerosa, según creo, es la palabra que mejor se aplicaba a la comitiva
que se alejaba de la costa del mar a paso de elefante, hacia la capital del
Imperio.
Elefantes de regalo para el Gran Rey,
caballos rayados de las sabanas, camellos, perros de caza y muchos otros
animales acompañaban al pequeño ejército que escoltaba al Enviado. Él todo lo
miraba desde lo alto de su litera trasportada por cuatro esclavos,
protegiéndose del sol con un tapiz y ropas de seda mientras los demás sufrían
el calor abrasador del desierto, en que se internaban, sobre sus cuerpos.
(El aporte de Meri Raton, luego
de una leve corrección en la ortografía y la sintaxis):
Cuerpos que sufrían el saber que,
de perderse, nadie los rescataría, a menos que llamaran a ese, quien los
traicionara en primer lugar. No es fácil tomar el mando de un grupo de hombres
sin esperanza, embarcados en una travesía sin otra recompensa más que aquella
incierta felicidad eterna que les proporcionaría aquel hallazgo.
Muchos querían
el mando de la expedición pero cuando se enteraban de la leyenda que cubría la
existencia de lo que buscaban, no vacilaban en deponer esa idea.
¿De que se
trata lo ansiado? ¿Qué los lleva a internarse en el desierto? Es una
embarcación, una vetusta embarcación que un día se perdió, que podría
encontrarse en los Alpes suizos tanto como en el fondo de cualquier río, o en
la superficie de una extensa llanura, viniendo en busca de los distintos. En
ella se encuentra el secreto para obtener lo más preciado del mundo.
Secreto, secreto que ha llevado a la locura,
a la perdición, a guerras fratricidas a todo quien se ha embarcado en su
búsqueda. Y a pesar de todo, nunca dejaban de buscarlo, ansiaban encontrar el
camino hacia la caverna que los reyes de antiguas dinastías utilizaban como Cámara
de las Maravillas, donde todos lo regalos reales terminaban al morir un rey,
donde cada generación aportaba una nueva maravilla.
El secreto estaba en el barco, pero el
tesoro no estaba allí. El barco, y su tripulación nunca descrita con exactitud,
custodiaban el camino hacia la brillante majestad.
Cuando el Enviado se enteró del
malvado pensar de sus esclavos y de las poco agradables palabras que para con
él tenían, se dijo que quién debía saberlo era el
Gran Rey. De ninguna manera podía permitir que los esclavos se tornaran subversivos mientras se encontraban en aquel inhóspito lugar.
Gran Rey. De ninguna manera podía permitir que los esclavos se tornaran subversivos mientras se encontraban en aquel inhóspito lugar.
Comprendió que
no le resultaría posible combatir contra esa importante comitiva, que tan bien
preparada había sido por el Ejército Mayor... él, el Enviado, era sólo una
débil persona sujeta a las decisiones de quienes lo transportaban. Se vio
inmerso en la más profunda decadencia y se preguntó si el oro escondido en
aquella caverna no traía consigo una desgarradora maldición.
(Y
el aporte de jlg.)
Se sintió entonces compelido a
cumplir la misión, no sólo por el oro, sino para acallar los rugidos internos,
los mares tormentosos que llevaban a su espíritu del terror al odio, del miedo
a la paranoia. Sabía que si algo encontraría en el tesoro prometido no era
tranquilidad económica (que ya poseía), sino esa tranquilidad heroica que nace de
una faena espléndidamente terminada. Demostraría no solo que no era un títere
de los designios de Dios.
El era Dios.
Plantándole
cara al destino lo haría también por su padre, quien murió vacilante y
obligándolo a prometer que seguiría con la loca búsqueda de lo que nadie
conocía pero todos deseaban.
Y es que los
hijos siempre pagan por los errores de sus padres; u se encontraba ahora, en
medio del desierto, rumbo a algún lugar indescifrable entre la arena,
encomendado a llegar hasta el Gran rey, con una comitiva llena de guerreros y
mercenarios que no dudarían en asesinarlo y buscar un nuevo mecenas.
Prácticamente sólo, rodeado de enemigos, lo único que podía hacer era esperar
que la fortuna cambiara las cosas, que de alguna extraña manera la balanza
torciera sus brazos hacia su lado, y retornara a sus manos el control de la
comitiva, el poder de ver más allá de cualquier hombre y ser el Enviado que
cambiaría la fortuna del Imperio.
Pero la
fortuna, sabido es, actúa de maneras extrañas.
---
Hasta aquí llegamos hoy, es de
esperar que, con los días, la historia continué creciendo.
Gracias por participar de este
experimento que, hasta el momento, no tiene efectos secundarios.
3 comentarios:
OHHH, POR VOS! como ha crecido esta historia, podriamos hacer best-seller y todo :) Cuando tenga las neuronas más acomodadas, leo todo prestando atención y me fijo si puedo colaborar nuevamente !
estoy esperando que firmes mi blog. (carita de ofendida)
TE pasaste, quedo muy bien.
Me hirmana tiene un blog????
jlg
Publicar un comentario