—No entendés nada —repitió.
Llevó por enésima vez la taza hasta
su boca y bebió, o fingió beber, porque a estas alturas o la taza estaba vacía
o el té estaba fríamente horrible. Sin embargo, continuó con sus torpes
movimientos.
—¿No vas a decirme nada? —continuó.
Dejó la taza sobre la mesa y se
acercó a mi silla. Pude ver como arrastraba los pies, sin dudas las piernas aún
le dolían después de tanto esfuerzo esa larga hora previa a encontrarnos allí,
en la cocina, sentados con la mesa de por medio.
—De verdad; quiero que digas algo.
Miré sus ojos, grises, opacados por
los años. Las comisuras de su boca llenas de pequeñas arrugas. Sus pestañas
falsamente curvadas. Me resultaba imposible encontrar algo que me atrajera en
todo ello. Lo que fuera. No había nada.
—¿Cómo tengo que pedírtelo? —
preguntó suplicante.
Su falda, mal puesta, se había caído
un poco, descubriendo parte de su ingle, de la curva de su cuerpo que conducía
hacia ese pubis que tan bien conocía. Parecía no importarle, porque no hizo
nada para acomodársela.
—En serio, decime algo… —diría que
gimió.
Continuó acercándose a mi silla con
pasos gastados, agitando sus senos bajo su entrecortada respiración. Sus ojos
brillaban con lágrimas que nunca caerían de ellos.
—Una palabra tuya, una sola, es más
que suficiente —dijo haciendo refulgir el filo de la cuchilla cerca de mis
ojos; y yo, que intentaba desatar mis manos, o mis piernas, para alejarla de
mí, luchaba al mismo tiempo contra el trozo de cinta engomada que tapaba mi
boca.
Porque era obvio que no esperaría
mucho más. Ya sus manos palpaban mi pecho buscando el punto ideal en el cual
penetrar mi cuerpo con el frío metal que sus vengativas manos sabrían manejar
muy bien.
10 comentarios:
Impecable.
Los ojos, la taza, las arrugas, la respiración. No dejás de lograr que pueda verlo.
Un abrazo.
Mañana reunion de historietistas rebeldes fijate aca:
http://67.19.107.250/~acartoon/?p=3892
Despues leo bien sus impecables escritos, estoy atrasado.
La descripción es perfecta. Toda la escena pasó dibujada ante mis ojos.
¿Siempre llega la hora de la venganza?
:)
Un abrazo!
La taza vacía llevada a la boca
una y otra vez
Perfecto!
Ni una palabra más cabe en el plato...
Saludos y un abrazo.
wau José excelente, me imaginé todo ;)
Beso
Qué jodida la situación, parece de pesadilla.
Bien narrado, José.
Un abrazo
creo que uno de los problemas mas grandes que tenemos es el de comunicación
El brillo húmedo que no cae de los ojos. Eso bastó para calcar el dibujo de ambos personajes. Bravo.
Un abrazo José,
Alejo Z.
Sole: Gracias. Diría que viví una escena similar, pero sería mentira (o no…)
Oenlao: Gracias por la información.
Emilia: Algunos se pasan toda la vida esperando esa posibilidad de venganza.
Claudel: Gracias. Hay gente que no sabe que hacer.
La sonrisa de Hiperión: Gracias por la visita y el comentario.
Caro Pé: Gracias.
Noelia: Tal vez alguna vez alguien haya vivido una pesadilla similar. Por suerte yo sólo me la imaginé.
Thor: La comunicación, la falta de ella y la hipercomunicación que no nos permite saber nunca que es lo que realmente queremos y/o necesitamos. Es cierto.
Alejo Zimmer: Gracias por tus palabras Alejo.
Gracias y saludos a tod@s
J.
Publicar un comentario