miércoles, 25 de septiembre de 2013

No eran seres de otra galaxia


Sabrán de quienes hablo cuando vean sus características. Porque se tratan de hombres, de personas iguales a nosotros que, por alguna simple diferencia, hoy se encuentran montados sobre un pedestal de mármol tan alto e inigualable, que solemos creer que siempre han estado allí arriba.
Pero no debemos dejarnos embaucar.
Nacieron de hombres y mujeres como nosotros; mezclando veintitrés pares de cromosomas y dos cadenas de adn. Vinieron al mundo desnudos, sus ropajes actuales los ganaron en otro tiempo.
Lloraron, rieron, crecieron, al tiempo que hacían llorar, reír y mataban incautos y otros pequeños animales de los que pueden encontrarse en cualquier sótano húmedo.
Sus vidas fueron exactamente iguales a las nuestras.
Nunca la iluminó luz extranatural alguna. Porque todo existe dentro de la naturaleza, y por fuera de ella no hay nada. Lo vivo y lo muerto son parte de ella, al igual que lo grande y lo pequeño, lo que ha sido y lo que será.
La mínima diferencia, lo que los convirtió en esos seres dignos de merecer una peregrinación anual, o de poseer su propio santuario, o el sacrificio de los prisioneros de las pasiones, fue el uso más o menos adecuado de las palabras de otros, de sus actos más o menos estrafalarios, de sus promesas y acciones llamativas.
Con cada frase crean mundos, nos hacen sentir únicos e irrepetibles cuando no lo somos.
Con cada gesto nos dicen que nos miran sólo a nosotros, pero no miran a nadie en particular.
No ansían nada más que lo que ya tienen, un pedestal más grande, un mausoleo más dorado, un templo más alto, más millones en sus cuentas bancarias y un auto-cohete de oro.
Les dicen santos.
Los llaman estrellas de cine.
Los aclaman como verdaderos artistas.
Prefiero referirme a ellos como meros proxenetas del sentir, la fantasía y las falsas ilusiones. Aunque no crean en mis palabras, o me encuentre perdido aullando en medio del desierto más cruel, el desierto de la indiferencia.

7 comentarios:

José A. García dijo...

Y aún ignoramos qué diablos eran...

Saludos y Suerte

J.

Humberto Dib dijo...

Posiblemente hayan sido parecidos a nosotros, pero nunca llegaremos a ser idénticos. Existe el uno de la diferencia en el uno de la igualdad.
Me gustó este texto.
Un abrazo, José.
HD

Lucas Fulgi dijo...

Pero cada tanto dan alguna alegría, ¿no?

taty dijo...

"pobre de dios que no sale en revistas / no es modelo ni artista / o de familia real"

con ironía y todo :)

saludos.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Idea planteada en Men in Black 3, donde se afirma que absolutamente todas las modelos son extraterrestres, provenientes del planeta "Glamoria".
No le veo nada inquietante a la teoria que plantea tu texto, colega demiurgo.

Esilleviana dijo...

Idealizamos a los actores porque hace tiempo que dejamos de creer en dios/dioses. Y ahí están esos seres galácticos: especiales, diferentes e inalcanzables...

un abrazo :)

thor dijo...

Ciertamente parecen marcianos, pero no dejan de ser hombre de hueso y piel como el autor del texto o los que dejamos opiniones en su blog.