Sabrán de quienes hablo cuando vean sus
características. Porque se tratan de hombres, de personas iguales a nosotros
que, por alguna simple diferencia, hoy se encuentran montados sobre un pedestal
de mármol tan alto e inigualable, que solemos creer que siempre han estado allí
arriba.
Pero no debemos dejarnos embaucar.
Nacieron de hombres y mujeres como
nosotros; mezclando veintitrés pares de cromosomas y dos cadenas de adn.
Vinieron al mundo desnudos, sus ropajes actuales los ganaron en otro tiempo.
Lloraron, rieron, crecieron, al
tiempo que hacían llorar, reír y mataban incautos y otros pequeños animales de
los que pueden encontrarse en cualquier sótano húmedo.
Sus vidas fueron exactamente iguales
a las nuestras.
Nunca la iluminó luz extranatural
alguna. Porque todo existe dentro de la naturaleza, y por fuera de ella no hay
nada. Lo vivo y lo muerto son parte de ella, al igual que lo grande y lo
pequeño, lo que ha sido y lo que será.
La mínima diferencia, lo que los
convirtió en esos seres dignos de merecer una peregrinación anual, o de poseer
su propio santuario, o el sacrificio de los prisioneros de las pasiones, fue el
uso más o menos adecuado de las palabras de otros, de sus actos más o menos
estrafalarios, de sus promesas y acciones llamativas.
Con cada frase crean mundos, nos
hacen sentir únicos e irrepetibles cuando no lo somos.
Con cada gesto nos dicen que nos
miran sólo a nosotros, pero no miran a nadie en particular.
No ansían nada más que lo que ya
tienen, un pedestal más grande, un mausoleo más dorado, un templo más alto, más
millones en sus cuentas bancarias y un auto-cohete de oro.
Les dicen santos.
Los llaman estrellas de cine.
Los aclaman como verdaderos
artistas.
Prefiero referirme a ellos como
meros proxenetas del sentir, la fantasía y las falsas ilusiones. Aunque no
crean en mis palabras, o me encuentre perdido aullando en medio del desierto
más cruel, el desierto de la indiferencia.
7 comentarios:
Y aún ignoramos qué diablos eran...
Saludos y Suerte
J.
Posiblemente hayan sido parecidos a nosotros, pero nunca llegaremos a ser idénticos. Existe el uno de la diferencia en el uno de la igualdad.
Me gustó este texto.
Un abrazo, José.
HD
Pero cada tanto dan alguna alegría, ¿no?
"pobre de dios que no sale en revistas / no es modelo ni artista / o de familia real"
con ironía y todo :)
saludos.
Idea planteada en Men in Black 3, donde se afirma que absolutamente todas las modelos son extraterrestres, provenientes del planeta "Glamoria".
No le veo nada inquietante a la teoria que plantea tu texto, colega demiurgo.
Idealizamos a los actores porque hace tiempo que dejamos de creer en dios/dioses. Y ahí están esos seres galácticos: especiales, diferentes e inalcanzables...
un abrazo :)
Ciertamente parecen marcianos, pero no dejan de ser hombre de hueso y piel como el autor del texto o los que dejamos opiniones en su blog.
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