sábado, 29 de junio de 2013

Trilogía de la Credulidad - Capítulo III


Existe un tipo de hombre (que casi nunca es mujer y la mayoría de las veces es un niño), al que nadie atiende en las reuniones sociales. Ya sea porque es capaz de discernir una mentira de una verdad, la risa falsa detrás de tantas máscaras, así como el dolor que se esconde detrás de la ira mal disimulada.
A veces es capaz de creer en todo.
A veces descree de todos.
No tiene medida, dice que decide al andar, porque no hay camino que no se haga andando. Entonces se debe vivir, avanzar y aprender.
De estos seres cuasi-mitológicos, sólo nacen unos pocos en cada generación. Pero si se encuentran, aunque sea por un breve segundo, ese instante es suficiente para cambiarlo todo.

5 comentarios:

José A. García dijo...

Desde ya que, el encontrarlos, no es como ganarse la lotería.

Saludos

J.

la MaLquEridA dijo...

Me quedo con ¨Se debe vivir, avanzar y aprender¨ estas alturas de la vida yo debía tenerlo asimilado.


Saludos.

ningún loco dijo...

muy bueno!! me identifiqué, aunque no soy hombre jaja
Saludos!

Esilleviana dijo...

¿Las mujeres no somos tan ingenuas y cándidas? :)
Un niño-hombre que solo nacen unos pocos en cada generación, ¿es usted uno de ellos?

:))

José A. García dijo...

En realidad intentaba utilizar el genérico de 'hombre' y no el masculino, pero parece que en el texto no queda bien en claro esa diferenciación.

No me gusta retocar lo que ya está publicado para corregirlo, prefiero dejarlo de ese modo para reconocer mi error al redactarlo.

Esilleviana: No, no me creo uno de ellos. Ni siquiera estoy cerca.

Saludos y gracias a tod@s.

J.