Allí, las razones, no sobraban, el contario,
escaseaban. Algo que justificara tanto trabajo, tanto instrumental, tanta
inversión de capitales ocultos y financiado por alguien que se mantenía en el
más terco de los secretos, se tornaba, al menos para mí, necesario. Una simple
justificación, una palabra, un papel firmado y sellado, un comunicado oficial,
lo que fuera.
Claro
que, para evitar preocuparme, mantenía mi cerebro ocupado en otras cuestiones,
como en el hecho de que realmente podía llevar adelante mis investigaciones con
las herramientas allí reunidas y el flujo constante de materiales. Si bien la
moral de mis acciones por momentos creaba enormes lagunas de dudas insalvables,
la seguridad de estar participando en algo tan grande como aquello era única.
La sensación de triunfo y la adrenalina, suplían cualquier ausencia ética.
Las
objeciones de mi conciencia puritana eran acalladas por el deseo de que las
teorías que intentábamos comprobar sirvieran realmente para algo.
Ese
era el destino de nuestros esfuerzos, tanto el mío como el del resto del
equipo, saber que nuestro esfuerzo servía para algo.
Y,
en descubrirlo, poníamos nuestro mayor empeño.
10 comentarios:
Es muy raro lo que puede encontrarse en la sección de 'imágenes' del buscador cuando uno pone la palabra error en él.
Pero, por supuesto, nada de utilidad.
Saludos
J.
Es cierto, a veces la busquedas hay que hacerlo con ingenio.
Me queda la duda de cual será el proyecto al que se alude en el texto.
La duda sería si ellos mismos sabrán cuál era dicho proyecto o no...
Saludos
J.
Lo no encontrado te sirvió de algo...escribir este post, malo que ni siquiera se te hubiese ocurrido nada con esa búsqueda.
Saludos
Entonces, no se puede pedir más... o sí.
A veces el fin justifica los medios. Y mientras haya satisfacción en lo que se hace, no importa que valga un comino.
Saludos.
A propósito de mi predecesora y de tus investigadores, el otro día me dije: "Qué perspicaz soy, acabo de descubrir que no fue Maquiavelo quien escribió lo del fin y de los medios". Cuando entré a la red y me di cuenta que se habla de eso hace muchos años. Fue mi empresa para los changos.
Pues por lo que veo en una de tus respuestas, había entendido bien el texto. Si escasean las razones para tanta inversión en medios, es que hay desvergonzados que viven tratando de justificar ese NADA que hacen. El texto le va que ni pintado a mi ex-tutor de universidad.
Un abrazo, compañero.
El esfuerzo tiene que servir, gran final de texto, me ha encantado, saludos.
Ciertamente, para unos la ignorancia es una bendición de la cual se aprovechan los políticos y algunos empresarios (opinión personal, los irresponsables del regueton y telenovelas) con las cuales pueden llegar a quincena con cheques gordotes a su favor
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