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domingo, 13 de julio de 2025

Ruidos

Hace tiempo me percaté de que los ruidos son peores durante la noche. Es posible que la mayoría de esos ruidos también existieran durante el día, pero algo más, otra cosa, algo diferente, los oculta, les da una presencia menos importante de la que ganan por las noches. Es entonces, por las noches, cuando ellos reinan, marcan el ritmo, señalan que nada se detiene, nunca.
    Por las noches, cuando deberíamos dormir, los ruidos nos mantienen despiertos alejando cualquier otra cuestión del centro de la reflexión. Lo ocupan todo, se vuelven absolutos, como lo es el miedo en esas primeras noches de soledad, las primeras noches de aceptar que finalmente todo se acabó y que nada volverá a ser lo que alguna vez fue, que todo está roto y perdido para siempre.
    En ese momento llega el primer crujido, como un largo lamento, que me sobresalta, que me indica que aunque sé que allí no puede haber nadie, tal vez sí lo hay. Alguien que rompe, que quiebra, que destruye esa intimidad individual que es mía y solo mía, pero tal vez no lo es tanto. Sé que ese mismo crujido no volverá a repetirse a lo largo de la eterna noche. Sin embargo, permanezco alerta porque la noche continúa.
    Es entonces cuando llega otro sonido. Algo como el arrastrar de un objeto pesado, un sillón siendo cambiado de lugar, un cuerpo siendo llevado a un escondite. Suena muy cerca, en la habitación de al lado, en la que sé que no hay nadie y que por lo tanto nada puede moverse. Pero lo hace, algo se mueve o se movió un instante antes porque sé que lo escuché.
    Cuando el umbral del sueño se acerca y amenaza con por fin hacerse cargo de mí, llega ese golpetear rítmico de una pelota, una esfera, algo redondo y metálico sobre el suelo de cerámicos antes de acabar alejándose hasta perderse en una lejanía insospechada. El primer golpe es suficiente para sobresaltar y volver al sueño espantado algo inalcanzable.
    Nunca falta el eco de la gota que cae tan insistente como desacompasadamente en un balde a medio llenar. Por más que todas las canillas de la casa estén bien cerradas, por más que no haya otro lugar por el cual pueda caer, la bendita gota cae. Allí está, la escucho, cayendo con el ritmo irregular que no permite prever cuándo llegará la próxima, que sabemos que llegará y lo hace, sí, cuando menos lo esperamos y su eco inunda nuestros oídos.
    El susurro de voces lejanas también llegará, en algún incierto momento de la noche. Voces que llegan desde otros lugares, otros tiempos, y ahora están aquí, junto a uno, aunque no estén ni tengan la posibilidad de estarlo. Voces que llaman, que reclaman, que imploran, que anhelan, que desean, que reprochan, que señalan un dolor o la insatisfacción. Voces que pronuncian mi nombre más secreto, mi nombre real, ese que solo una única persona llegará alguna vez a conocer. Voces que saben qué decir para mantenerme despierto al borde de todas esas lágrimas que nunca me atrevería a derramar durante el día.
    El amanecer llegará, como siempre lo hace, y me encontrará más cansado, más cercano al colapso que al amanecer anterior, pero menos que el próximo. Y como cada nuevo día, no haré más que preguntar cuántas noches restan, cuantas noches quedan antes de pasar a formar parte de todos esos ruidos.

29 comentarios:

  1. Cualquier similitud con "Pedro Páramo" no es casualidad.

    Saludos,
    J.

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  2. Está bien reconocer los parecidos intencionales.

    En el día, los ruidos son enmascarados con otros. Es cierto.

    Saludos.

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  3. Uy hay ruidos que no dejan en paz. te mando un beso.

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  4. Bueno al menos hay sonidos, como causa externa, a mi no me dejan dormir mis propios remordimientos, en el silencio absoluto me atormentan sin descanso y es exactamente lo mismo.... en la noche atacan con mas fuerza.

    (eso sin contar el tinitus....pero esa es otra historia)

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  5. No siempre el ruido de la caída es el cielo. Saludos dejo.

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  6. José:
    un relato auténticamente pavoroso

    Salu2.

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  7. Quedan cuantas uno quiere que queden. Siempre que quiera que queden menos de las que le tocan. Si quiere que queden más, entonces además de un ansia tiene un problema. Uno innegociable.
    Abrazooo

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  8. Para el oído atento, la noche guarda un concierto de sonidos inquietantes

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  9. Camino de formar parte de los fantasmas.

    Un abrazo.

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  10. Bueno, todos vamos a ir ahí un día u otro. Yo no pienso hacer ruido. :)

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  11. Ruido, ruido, ruido, es lo que traen ciertas estaciones. Un abrazo

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  12. Esos despertares nocturnos tienen la culpa de tremendos alborotos en la mente. Y es como dices, en el día existen pero escondidos en los grandes ruidos del exterior.

    Saludos.

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  13. Acallar el ruidoso silencio es la tarea, amigo... De ahí viene la nítida explícita buena literatura, como la tuya.
    Abrazo hasta vos.

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  14. Tu relato es mi pesadilla recurrente cuando tengo insomnio...
    Me ha encantado.
    La forma en la que describes cada ruido, que por sobre todos ellos se "oye" el ensordecedor silencio.
    Un abrazo.

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  15. Desde ahora habla mi silencio.

    La sensibilidad acaricia lo creativo...y uno se deja llevar por esa caverna oscura que es el silencio. La expresión de libertad fluye con la palabra. El silencio crea formas como un escultor del pensar. Nada es difícil ni complicado cuando la conciencia alcanza cierta profundidad. Estoy tremendamente cansado...el dolor, el padecer, el dejarse caer a plomo como si fuera un suicida que quiere vivir. Todo en un todo me embarga...

    Alcanzo la belleza, la calma, la verdad, la razón de la sin razón y me vuelvo más joven con 52 años pero, siempre en calma; en ese detenimiento donde el silencio es mi amigo y mi corazón, el calor del día a día...Confluyen mis palabras de un caldo espeso donde siento la libertad tantas veces búscada. Bailo en la oscuridad y me recreo pero, estoy casado de tanto luchar persiguiendo la sencillez y ser humilde como quien busca un respiro en aguas mansas. El detenimiento de lo creativo busca una quietud que es más veloz que la luz...pero hoy estoy cansado y no quiero nada más. La sensibilidad va de puntillas por la vida con esa creatividad que es capaz de sorprenderme... pero esta tarde quiero dormir sin las pesadillas del recuerdo...

    Así habla mi silencio en el silencio de mi salón...

    ¿No será que el ruido que cosechamos nos conduce al silencio en su peso? Será que todo lo que nos agobia es puro ruido...

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  16. Con los sonidos pasa lo mismo que con la luz, viste? cuando vas al campo y descontaminás la vista del cielo, te permite ver estrellas por doquier.
    Los ruidos son más perturbadores, repentinos, drásticos. Prefiero el silencio simulado de mi vibrante tinnitus.
    Abrazo!

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  17. El silencio es tan necesario como el respirar, a través de el podemos conectar con nuestro mundo interior a veces olvidado... Como siempre un placer leerte besos!

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  18. Para dormir todos necesitamos un buen silencio y para muchas otras cosas también!!!

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  19. Ruidos fuertes y continuo, una noche entera, es la mente que trabaja para recordar lo que se fue y duele.
    Abrazos

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  20. Ciertamente es un relato del tipo de esas casas antiguas de pueblo, en donde no circulaban coches por las calles, y en donde no había trajín prácticamente alguno. En una casa de pueblo silenciosa, el tic tac del reloj de cuerda (de los antiguos) que se halla en la sala comedor de la casa, marca las horas, con su tic tac segundo a segundo, y su gong sonando cada hora.
    Añorados tiempos de paz y de tranquilidad serena.
    Impensable hoy en día.viviendo.en un piso de la gran ciudad, donde la calle, el tránsito, los electrodomésticos, la televisión del vecino, o el llanto de un niño del piso de abajo, rompen la frágil tranquilidad del merecido descanso nocturno.
    Un saludo desde Mallorca.

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  21. Algun dia sere ruido y sere un ruido travieso,me voy a instalar en los pies de los dormidos,seguro los voy a tirar.Buen texto.Un abrazo!!

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  22. Me recordó a Pedro Pára... ay perdón.

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  23. Qué bien has descrito esa sensación de ruidos por la noche, esa gota que parece una marea, tan constante, y tan penetrante. Por la noche todos los ruidos se masifican, qué molestos resultan.

    Un abrazo.

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  24. Los ruidos y los silencios son exasperantes ...
    Buena jornada 💐👍

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  25. Quizás al final no seremos ruido sino infinito silencio

    Paz

    Isaac

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  26. El ruído nos identifica. Por eso lo aceptamos, y ĺlegará el día cuando durmamos con él. Un abrazo. Carlos

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  27. Un día fui a la casa de un amigo, Gonzalo, y veo que todos los electrodomésticos u objetos que podían llegar a emitir un punto de luz (el rojo láser de la TV, los números verde fosforescente de un despertador) estaban tapados con pedazos de cinta de aislar cables.
    Locuras de gente con insomnio.

    Abrazos, herr

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  28. Me pasaba cuando niño: a veces, de noche (en la profundidad espesa de la noche, ese pantano al amparo de las estrellas) y cuando el resto dormía, el living era un campo de batalla, una fiesta o una orgía. Lo escuchaba (se dejaban escuchar a propósito) pues no había sutileza ni en ese festival de ruidos, ni en mis pañales. Aunque, si le doy una vuelta, este evento, sea como sea, ayudó (mucho o poco) a estimular mi imaginación; por lo que, viendo el vaso medio lleno, contribuyó a ser lo que soy en este plano terrenal. Va un abrazo silencioso, José.

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Trajeron su propia caña de azúcar...