domingo, 5 de junio de 2022

Apología por la siesta

El mayor de los placeres en los que puede incurrir el ser humano es la siesta. Hay quienes lo niegan y en su lugar hablan del sexo, la masturbación, la alimentación excesiva, el deporte, la cacería, la guerra, la búsqueda del peligro, matarse los unos a los otros, la destrucción de cosas bellas, mear o cagar. Pero estos no son placeres verdaderos, no son reales ni incomparables como lo es el placer de la siesta, porque durante esta podemos hacer todo lo mencionado y más, mucho más. En la siesta no hay límites, y de ella todos regresamos mejores, recargados, enérgicos, listos para afrontar la vida, la muerte y aquello que se encuentra entre una y la otra.
    Sabiendo esto, sabiendo que la siesta es el placer único e inigualable, sé también cuando todo comenzó a deslizarse poco a poco hacia el desastre en el que nos encontramos hundidos al día de hoy. No tengo dudas que fue aquella tarde, lejana en el recuerdo, casi olvidada para la mayoría de nosotros, en la que por alguna razón no hubo siesta. En lo particular el motivo me daba por completo igual, el problema era la ausencia de la siesta y sí, seguiré repitiendo la misma palabra la veces que sea necesario para que no se olvide.
    Esa tarde no hubo siesta, para mí ni para nadie. Esto pude averiguarlo luego preguntando, consultando, encuestando a los sobrevivientes. Todo se fue al diablo porque nadie pudo dormir su reparadora siesta vespertina. Es la única prueba que tengo, cierto que sin demostración factible, pero si al menos uno de nosotros hubiera podido recurrir dormido su siesta de manera habitual, sé que nos habríamos salvado todos, que el germen de la destrucción que nos invade no habría tenido posibilidad alguna en nosotros, no habría podido ingresar en nuestro organismo.
    Seguimos adelante, confundidos, cansados, agotados, cercanos a la derrota. Lo hicimos solo porque era necesario hacer lo posible para lograr que lo que nos había sucedido a nosotros, no se repitiera; para que otros no sufran lo que nosotros, aquí, ahora, pagando errores que desconocíamos o por cualquier otra razón similar.
    Seguimos adelante como podemos, desfalleciendo de cansancio. Continuamos porque en medio del caos, de la destrucción que representa una tarde sin sueño, sin acceso a ese otro mundo escondido detrás de nuestros párpados, hemos descubierto la forma de dar aviso a otros mundos, a otras realidades, otras dimensiones, otros universos similares al nuestro, en los que nada de lo que nos ocurrió a nosotros ha sucedido aún. De esta forma podemos poner sobre aviso a otros para que defiendan aquello que los salvará de la perdición, de la destrucción, del caos, de todos los horrores posibles que asechan a la humanidad.
    Nosotros no podemos salvarnos, pero lo intentaremos con los demás. Por eso he escrito mi manifiesto a favor de la siesta, para que en el caso de que se encuentre en duda en alguna de las otras realidades, se recuperen las tardes, se recuperen las siestas, para que no se olvide que lo que nos hace humano es la siesta y no otra cosa. Para que no se dejen convencer con cualquier excusa o razonamiento sin sentido a favor de la producción, las ganancias y los beneficios del progreso ilimitado o cualquier concepto igualmente vago y falto de definición.
    Defiendan la siesta, recupérenla si sienten que la están perdiendo, detengan el proceso de destrucción y deshumanización. Retrocedan en el camino que los llevará a la aniquilación. Reconsideren su escala de valores para no olvidar lo que en verdad posee importancia. Revisen la lista de placeres habituales para descartar todo aquello que nos deba estar allí. Permitan que la siesta, la única e inigualable siesta, recupere su situación preponderante en la experiencia de cada persona y verán cómo todo lo que parece ir mal en su mundo se acomoda poco a poco recuperando el balance que nunca debería de haberse perdido. Sé que es así aun cuando no tengo forma de demostrarlo desde aquí, desde este lado, pero si ustedes, que han recibido este aviso, lo ponen en práctica y sobreviven, si su mundo no marcha hacia el desastre, esa será la demostración necesaria que valide mi teoría. Esa y ninguna otra. Por lo que repito una vez más: la siesta es el mayor de los placeres. Defiéndanlo con sus vidas de ser necesario.
    Buena suerte.

19 comentarios:

José A. García dijo...

Bueno, blogger siegue haciendo de las suyas al momento de edición de las publicaciones.

Este texto debería ir acompañado por la canción de Héroes del Silencio, "Iberia sumergida", sólo porque en su letra nos canta Bumbury: "Ahora que padeces de insomnio, quisieras morir de siesta..."
Por eso y anda más.

Nos leemos,
J.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

¿Será que en blogger no duermen la siesta?


Yo diría que es tercer mejor placer. Lo que implica que es fundamental.
Los tres primeros placeres son muy compatibles.

Saludos.

Gra dijo...

Creo que es el parentesis del dia, es muy reparador descansar aunque sean 30' ,por eso hay provincias que mantienen sagrado el horario de siesta y cierran todo....
Tambien descubri que hay edificios especiales, cerca de las oficinas, para tomarse una siesta es un habitaculo provisto solo de una comoda cama y una compuerta pequeña.
En lo personal , no estoy acostumbrada y me hace malno hacer la siesta, me despierto desconcertada no se si es la tarde o la mañana 😊
Pero no sabia de la importancia y que fuera mas placentero que hacer el amor ☺
Un fuerte abrazo Jose!!

Tot Barcelona dijo...

No está en la primera de mis necesidades, pero tampoco la dejo como secundaria. Tiene su mérito.
Salut

unjubilado dijo...

Soy partidario acérrimo de la siesta, antes con tres cuartos de hora era suficiente, ahora aunque en contadas ocasiones llego a las dos horas, pero mi siesta tiene que ser en la cama, no me sirve hacerla en un sillón o en un sofá, muy pocas veces la perdono.
Saludos.

Cabrónidas dijo...

Pocas veces he renunciado a la siesta, solo que a veces he dormido por la tarde y la he hecho por la noche. Suele darse en el turno de mañana.

Luiz Gomes dijo...

Bom dia meu amigo. Infelizmente tenho sofrido de insônia. Uma soneca é bem-vinda.

Recomenzar dijo...

Me encanta tu vocabulario. Como has crecido. Hacía mucho que no venía a leerte, un gran abrazo desde la playa del olvido

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

La siesta es más placentera que el mismo sueño nocturno, y estoy con su relato-alegato sobre la necesidad de la siesta reparadora. NO extraña que haya sido un gobierno facho-capitalista el que dispuso en su relato de otros menesteres en la hora de la siesta, para acabarla. Un abrazo. carlos

Tinta en las olas dijo...

Si, blogger anda algo raro. Yo soy de siesta y no hay que me la quite. Me encanta esa media hora en la oscuridad. Un abrazo.

Amapola Azzul dijo...

Bueno, pues a defenderla toca.

Besos.

lunaroja dijo...

Duermo siesta el sábado,el único día.
El resto de la semana me resulta imposible,no por no poder,sino porque no "me nace".
Tu relato,con un tema tan "banal" se crece a medida que lo leés,y se convierte en una especie de artículo de divulgación. Me encanta como escribís, te lo debo haber dicho mil veces.
Saludos.

J.P. Alexander dijo...

Yo no soy muy de dormir la siesta pero adoro volver a dormir en las mañanas cuando me quedo solo. Dormir es un placer. Te mando un beso.

Miguel Angel Morata dijo...

La siesta es un placer inigualable...
Me encantó.
Abrazo

Frodo dijo...

Adolfito se fue a dormir la siesta y cuando despertó estaba invadido hasta las verijas.
Disfruto de las siestas solo cuando estoy de vacaciones, y me gustan mucho los Héroes

Abrazo, querido herr J

Manuela Fernández dijo...

Si nos quitan las tradiciones ¿quienes vamos a ser? Yo soy yo y mis tradiciones, ¿para qué avanzar tanto?¿A dónde nos conduce tanta velocidad? Yo estoy a favor de la siesta, quien dice la siesta, el reposo. Y que corran otros.
SAludos.

gla. dijo...

Para mi la siesta, mi siesta es el mayor placer
Abrazos

Doctor Krapp dijo...

La siesta que Cela llamaba el yoga ibérico es una de las mayores contribuciones que hemos hecho a la humanidad junto al jamón ibérico, la fregona y el chupa chups. Bueno también está la conquista de América pero eso es una menudencia :)

Gran texto. Saludos

José A. García dijo...

Demiurgo: Debe ser la falta de sueño lo que lo tiene mal. Sin dudas.

Gra: Mientras se pueda, hay que hacerlo. Y si no se puede, hacerlo igual.

Tot Barcelona: Un mérito muy importante, sí. Señor.

Un Jubilado: ¡Muy bien! Necesitamos más gente así.

Cabrónidas: Sea en el horario que sea, aunque recomiendan que sea antes de las 16 horas (4PM). La siesta debería ser lo más sagrado.

Luiz Gomes: El insomnio es el mayor problema de la humanidad, sin dudas.

Recomenzar: Gracias por la visita y el comentario.

Carlos Augusto: La verdad es que no, no sorprende a nadie que haya sido así.

Tinta en las olas: Hay que seguir defiendo la siesta, con bostezos y todos.

Amapola Azzul: Con todos nuestros sueños.

Luna Roja: Hay que hacer el esfuerzo, el sábado no puede ser el único día. Gracias por el comentario.

J. P. Alexander: La siesta bien puede ser matutina, ¿quién lo niega?

Miguel Ángel Morata: La siesta ES el placer, sin dudas.

Frodo: Las vacaciones son el gran refugio de la siesta, no hay dudas de eso. Adolfito no se durmió, se distrajo sin más.

Manuela Fernández: Al quitarnos las tradiciones destruyen nuestra individualidad, aunque parezca contradictorio al pensar que las tradiciones son sociales. Pero lo hacen, poco a poco, socavando nuestra identidad.

Gla: Espero que siga siendo así.

Dr. Krapp: Y no te olvides de los Locomía. Un clásico de clásico.

Julio David: ¡A dormir entonces!

Gracias por sus visitas y comentarios.

Nos leemos,
J.