domingo, 16 de abril de 2017

Una metáfora más

Hazme un bien, para variar, y mátame. 
    Ahora mismo, en este preciso preciado momento en el que nos encontramos en la misma habitación. Con dolor o sin él, lo mismo da; me has hecho sufrir tanto que dudo que sea capaz de notar la diferencia. Pero mátame. 
    Acribíllame con tus palabras, tus preguntas, tus reivindicaciones, y promesas rotas. Todo junto y al mismo tiempo, todo ahora mismo. No perdamos más el tiempo. Sé que quieres hacerlo tanto como yo lo anhelo. No continúes negándolo. 
    Luego podrás dar mis tripas a los perros y conservar mi corazón en formol, como amenazaste las veces anteriores que harías. No tengo ningún problema con ello y, de seguro, los perros disfrutarán del breve banquete. 
    Vende mis huesos, si es que consigues alguien que los quiera, que pueda hacer algo con ellos otorgándoles mayor valor que el ser la simple osamenta que soporta mi piel. Cómete los restos de mi cuerpo, lo que rescates de los perros, lo que consideres de valor, o de sabor, para continuar teniéndome cerca, como sabes que quieres hacerlo. Has que mi carne sea una con la tuya, como dicen en los antiguos libros profanos de los que nos reíamos juntos. 
    Hazlo, en nada me opondré ni te detendré. 
    Bebe de mi sangre, o si prefieres utilízala para escribir un breve digesto de lo que hemos vivido juntos; si es que crees que algo de ello merece ser recordado. De lo contrario no escribas nada, que no quede huella de lo que hemos hecho. Sabido es que las huellas desaparecen con el viento cuando la tierra cambia, cuando la arena se desplaza poco a poco, cuando el tiempo hace estragos en nosotros y creemos que esa gastada metáfora que habla de las arenas del tiempo posee algún sentido. 
    Pensar que nos reíamos, también, de las metáforas viejas, gastadas, pasadas de moda y que nadie más que nosotros comprendíamos cuando las encontrábamos en los textos antiguo. En los últimos tiempos no podías hablar sino a partir de ellas, como si sólo te quedara lo que supiste rechazar, lo que alejaste de ti, hundiéndote en el fango de lo habitual como si fuera algo normal. 
    Quédate con mi alma, esa que ya tienes, si es que así lo pretendes. Porque no caeré en el juego de discutir si el alma existe o no lo hace, es, también, como podrás entender, una metáfora más. 
    Entonces seré feliz. O quizá no. Hasta que no te decidas a matarme, como prometes y ahora pretendo que pongas en práctica, no podremos saberlo. 
    Sé tan bien como tú lo sabes que esa única lágrima en tu mejilla es falsa. 
    Mátame, vamos, no sé qué te demora tanto.

14 comentarios:

José A. García dijo...

Nos encontramos frente a la entrada número 850 de Proyecto Azúcar. Espero que la disfruten, sea de su agrado o la desprecien, como crean que el texto se lo merece.

Pero, hagan lo que hagan, lo dejen por escrito.

Nos leemos,

J.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Felicitaciones por llegar a ese número. Yo apenas superé las 400.
Y me gusta el texto con esas metáforas tan destructivas.
Saludos, colega demiurgo.

jfbmurcia dijo...

A veces la peor muerte de todas es la indiferencia. A por las 851. Saludos.

Kristalle dijo...

Me ha gustado mucho, a mi me cuesta entender las metaforas, pero esta me ha gustado
saludos

vodka dijo...

ud. como yo,se queja -con elegancia- de la falta de comentarios (no así de lectores)
Sabe que he disfrutado? El primer párrafo donde celebra que su partener diga todo lo que corresponde, que lo inunde con palabras.Mi experiencia (escasa, casi nula para ser mas justa) es que los varones nos quieren calladas, o a lo sumo prudentes en el habla.
Asi que en el postrer instante donde le dice "matame de una puta vez" pero hablame... yo lo amo a ud. jajajjaj
Las metáforas antiguas que solo uds. entienden....Se de que habla...
Si bien el texto tiene ese aire decimonónico del Romanticismo, es un gran bolero...tipo "con sangre de mis venas te marcaré la frente"
en tiempos liquidos...una apuesta.

gla. dijo...

Me ha gustado mucho aunque debo confesar que he tenido que leer varias veces para entender y no si lo comprendí...sin embargo lo tomo a mi manera y como a mi me gusta
Y no tengo ningún número que reportar
Un abrazo

fany sinrimas dijo...

Sublime súplica.Matar el cuerpo, arrancar la costra que lo envilece, pero salvar el alma, guardarla como único tesoro.

Un abrazo.

Xindansvinto dijo...

Aquel relato de Robert Louis Stevenson, El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, tenía entre sus muchos aciertos una frase lapidaria: «Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite».

De un modo similar, apelar al rastro sangriento de nosotros mismos contra la indiferencia, más allá de la renuncia que ello supone, implica un reconocimiento.

Salud. Ergo no se nos muera usted, pardiez.

Mi nombre es Mucha dijo...

.Quiéreme hasta morirme
no me lastimes
porque si sigues actuando así
te doy una patada y me voy


Un bello texto lleno de Vos
gracias por compartirlo mil abrazos

Frodo dijo...

Es el espectacular nº 850.
Me gustó mucho ese suspenso, y el detalle cinematográfico de la lágrima. Pienso al igual que Nilda que esto puede ser un bolero, pero a mí me gusta más el final, tranquilamente puede ser una balada rockera medio romanticona o Esa estrella era mi lujo. O tal vez el tango Volvió una noche.

Abrazo!

mariarosa dijo...


No podría destruirte, sólo tu puedes destruir tu criatura. Un texto fuerte, por un momento vino a mi memoria la escena de la película "Tomates verdes fritos" cuando comen y encuentran muy rica la carne, sin saber que están comiendo a un ser humano. Me fui por las nubes, no te mató, que te mate Garcia.

mariarosa

AdolfO ReltiH dijo...


TREMENDO POST!!! EL AMOR NOS CONTROLA TANTO QUE NOS DESCONTROLA TANTO.
ABRAZOS

ოᕱᏒᎥꂅ dijo...

me ha parecido simplemente MARAVILLOSO! así, en mayúsculas...
besos

José A. García dijo...

Gracias, como siempre, por sus comentarios y visitas. Sin dudas lo más interesante de este blog son sus palabras, no las mías.

Saludos,

J.