sábado, 11 de octubre de 2014

Dialoguillos # 19

—El corazón posee sus ocultas razones —dijo el profesor de anatomía ansiando sonar poético—, mientras que, el cerebro, posee las suyas.
            Sonrió en general, a todos, a nadie.
            —Y yo que creía que el cerebro tenía neuronas y el corazón aurículas y ventrículos… —dije mirándolo muy serio, como siempre.
            La ironía flotó en el aire, huérfana de entendimiento.
            Las miradas de odio, en cambio, llegaron a destino.

5 comentarios:

José A. García dijo...

A veces es muy divertido ver ciertas reacciones de ciertas personas en ciertas situaciones que ciertamente los saca de lo que esperaban que fuera dicha situación.

Aunque, a veces, todo puede terminar mal...

Saludos

J.

taty dijo...

Ah, qué delicia leer tanto en tan pocas líneas!

Hablemos de desencuentros.

Excepto por lo del odio, claro está :)

Abrazos.

la MaLquEridA dijo...

A nadie gusta una persona realista.

Xindansvinto dijo...

Ay, que linda historia! Y es que puestos a destripar, nada nos place más que hacerlo con los lugares comunes. Por supuesto, las miradas de odio son inevitables. Pero ese placer es, si cabe, aún más inextricable.

Salud y suerte.

Raquel Cabest dijo...

Qué perfección con la que escribes...