sábado, 30 de agosto de 2014

Todo lo que fue, pasó


Es tan diferente lo que me rodea ahora que comienzo a creer que lo anterior, en realidad, nunca fue verdad. Soy incapaz de explicar de otro modo los cambios que se han producido, tanto en mi persona, como en el mundo a mí alrededor.
            Ojala supiera utilizar las palabras y poseer una mejor forma de explicar lo que aconteció, al menos, lo que creo que aconteció. Porque aún quedan muchas explicaciones por dar y recibir.
            Este mundo gris y violento, amargado y destructivo, donde la vida demuestra lo cierto en eso de que en la guerra cualquier cosa es valida; cambió mucho, muy rápido, muy al extremo. Pero nosotros nos acostumbramos tanto a ese cambio que, lo que antes era, bien podría ser una simple fantasía.
            Muchos prefieren pensarlo de ese modo para no darse cuenta de todo lo que perdieron, de los que ya no están, de los pocos que quedamos en pie luego de que acontecieran los hechos que ignoro cómo relatar.
            La historia oficial habla de una tragedia a escala planetaria, un error de cálculo, una ecuación más resuelta, de algo que se le fue de las manos a alguien que nadie conoce. Nunca nada se dice sobre sus responsables. ¿Quiénes fueron? ¿Dónde se encuentran? ¿Por qué lo hicieron? ¿Qué era lo que buscaban?
            Mis sentidos me dicen que éste mundo atroz y salvaje, que perdura aún cuando cerramos los ojos para evitar mirarlo, es culpa nuestra. Porque nosotros dejamos que lo hicieran, permitimos el secreto sobre lo que hacían, aceptamos sus palabras de justificación.
Nos encadenamos con una idea de control que no era nuestra. Interiorizamos la idea de que sin gobierno ni estado es imposible vivir. Para descubrir, luego, que, con un gobierno y un estado, también es imposible hacerlo.
            Por eso mismo, sostengo que, en definitiva, fue culpa nuestra, por dejarnos atar y permitir que otros tomen las decisiones que nos correspondía tomar a nosotros mismos, por nuestra propia cuenta y voluntad.
            Ahora nada podemos hacer, porque la queja sobre lo acontecido, cualquiera lo sabe, de nada sirve.

11 comentarios:

José A. García dijo...

A veces nos damos cuenta que no sólo llegamos tarde, sino que ni siquiera nos toman en cuenta para las decisiones que nos afectarán.

Otros prefieren vivir en la ignorancia para no tener que soportar el dolor.

Para ellos vaya mi más preciada envidia.

Saludos

J.

Geraldine, dijo...

si ya te diste cuenta còmo funcionan las cosas, no hay vuelta atràs, los pobres ignorantes van de felicidad en felicidad como clowns por la calle.

María Font dijo...

Humanidad deshumanizada.

mariarosa dijo...

"No hay que llorar sobre la leche derramada"
Pero al menos es una forma de desahogarnos de lo que no podemos solucionar.

Un saludo.

mikkonoss dijo...

La naturaleza es perversa. La conciencia de las ideas, pero desde un fatuo individualismo.

Silvi Rivoira dijo...

Por que se habla en plural o se habla de los otros afirmando cosas como si fueramos grandes psicologos?

¿los pobres ignorantes van de felicidad en felicidad como clowns por la calle?
¿Otros prefieren vivir en la ignorancia para no tener que soportar el dolor?

Son preguntas que me hago y quizás me pueden dar una respuesta.

José A. García dijo...

Geraldine: Gracias por volver. Hacía tiempo que no sabía de vos.

Alma vacía: Exacto, hacia eso apuntaba, aunque no habría podido decirlo de ese modo.

Maria Rosa: Desahogarse gritando cuando nadie más nos escucha, hasta perder la voz. Al menos así seria hasta la próxima vez.

mikkonoss: Peor nosotros que nos acostumbramos a ello.

Silvi Rivoira: Tengo muchas más dudas que certezas, que, por cierto, tampoco sirven de mucho. Pero sé que era más fácil convencerme de que las cosas no estaban tan mal cuando no sabía realmente que tan mal estaban...

Saludos a todos y gracias por sus comentarios.

J.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

A lo mejor la queja no sirve, no cambia el pasado. Pero menos sirve aceptar lo que está mal, por lo de inevitable. La queja al menos sirve para tratar de que el futuro sea distinto.

P MPilaR dijo...

aquí decimos con resignación pasiva que
'cada palo aguante su vela'

Y si lo pasado fue, no lo convirtamos necesariamente en historia. Tal vez solo sea cuento!

un abrazo

Humberto Dib dijo...

Un tema complejo, José. Creo que hay diferentes niveles de ceguera, y que siempre alguno de ellos no conseguimos superar. Es verdad, hay ciegos y ciegos.
Un fuerte abrazo.
HD

la MaLquEridA dijo...

Al ver tanta podredumbre hemos bajado los brazos dejando que sigan decidiendo por nosotros. No tenemos remedio.