viernes, 19 de julio de 2013

Recolector


Oscuros ribetes adornan ésta historia que, de pasión, tal vez, no tiene poco y, quizá, de verdad, mucho menos. Pero la carencia de algunos periódicos elementos no desmerece a los demás, al contrario, los enaltece.
El origen del Recolector de Lágrimas Solitarias no nos fue dado a conocer. Sin embargo, son varias las tradiciones que pretenden ocultar nuestra ignorancia. Claro que nada cierto hay en ellas.
Sólo un hecho parece ser el fundamental en éstas historias. Cada hombre, cada mujer, ha llorado en secreto por lo menos una vez. Ese llanto que nunca traspasa de las primeras lágrimas inundadas de dolor o desesperación, frustración o impotencia, son el alimento predilecto del Recolector.
Pero no son sólo las lágrimas lo que se lleva, sino también el recuerdo de lo que las produjo. El dolor, el golpe o el motivo de la lágrima solitaria que escapa de nuestros ojos y que al poco tiempo ya ni siquiera recordamos cómo ni por qué. Ese es el signo de que el Recolector dirigió sus pasos hacia nosotros.
Habrá quienes, sin dudas, digan que su accionar es beneficioso, porque nos regala la tranquilidad, la liberación de nuestros pesares. Nos sentimos mucho mejor, más livianos, luego de que esa lágrima huye de nosotros. Tal vez sea cierto, pero no se preguntan si eso es suficiente.
Otros se preocupan por lo que pueda ocurrirle a las personas que se acostumbran a ese llanto minúsculo sin liberar, nunca, lo que les oprime el corazón. Porque no se permiten sanar del todo sino solamente paliar su enfermedad.
Y si ningún corazón es eterno, mucho menos uno enfermo.
Lo que nadie se ha preguntado nunca a lo largo de ésta historia, es el por qué del accionar del recolector. ¿Por qué quiere nuestras lágrimas de tristeza? ¿Qué hace con ellas? ¿Qué ocurre con nosotros cuando dependemos de él para olvidarnos de nuestro dolor? ¿Qué?

6 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

¿Para qué quiere las lágrimas?

Para dejarlas llover sobre la gente impaciente y perdida en las calles, caminando sus desgracias, para eso.


Saludos

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Lo que sí está claro es que no le falta material de trabajo. Y dificilmente le falte.

mariarosa dijo...

¿Las vende?
Quién sabe que hace, tal vez las recicla y las vende como agua mineral.

mariarosa

Esilleviana dijo...

La propuesta de María Rosa es más que suficiente y original, pero puestos a imaginar, quizá pretenda acabar con la tristeza de ahí que reúna y amontone todo el dolor en una misma tinaja para que fermente, hasta alterar el sentido del mis producto, agriando el pesar...

:))
un abrazo

Cami Love dijo...

Que ganas de llorar a veces y cuanto hay que aguantar. Pero en toda vida siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos. Siempre.
Cami Love.

José A. García dijo...

Malquerida: No lo sé, la duda queda.

Demiurgo: Lo dicho, difícilmente le falte trabajo.

María Rosa: ¿Cómo será el mercado negro de lágrimas? Una buena idea para explorar.

Esilleviana: Si dicen que Cleopatra se bañaba en leche, ¿por qué no será posible que él se bañe en dichas lagrimas?

Miss Love: ¿Sólo a veces? Algunas personas no saben vivir sin lágrimas.

Gracias a tod@s por sus comentarios.

J.