lunes, 27 de mayo de 2013

Mitad y Mitad


La extrañeza puede tomar diferentes formas, algunas tan sutiles que apenas somos capaces de percatarnos de ellas; de abrir los ojos sólo lo suficiente para notarlo. Porque no siempre hace falta abrirlos cuanto podemos, pero tampoco es posible ver con los ojos cerrados.
Eso lo sabe cualquiera.
Leer lo sutil en un mundo bárbaro e incivilizado como el que nos toca en suerte en éste siglo, es un ejercicio complicado que requiere de tiempo, práctica y de muchos pequeños detalles que construyen sobre nosotros un armazón que, como una muleta, o una silla de ruedas, nos ayuda a avanzar.
Tal vez no sepamos bien hacia dónde pero, de todos modos, avanzamos.
El hombre no está hecho para las novedades, las verdaderas novedades. No. El hombre vive en su circunstancia, y esa circunstancia se llama rutina. Una tan rígida que no permite más que pequeños cambios, minúsculos. Casi imperceptibles.
Pero una sumatoria de pequeñas modificaciones puede crear una nueva rutina. Una que se presenta como alternativa pero que, en definitiva, no es más que otra simple y repetitiva rutina.
Todo se reduce a que no sabemos ver. Miramos sin dejar que los ojos se posen sobre nada, como queriendo evitar ensuciarnos con lo que vemos o, al contrario, ensuciar lo que miramos. Porque algunas miradas son peores que otras.
La gracia, si es que la hay, no es fácil de descubrir, porque a estas cosas nunca nombradas, el 50% de la humanidad la denomina vida, mientras que el otro 50% lo llama, con menos ribetes alegóricos y artísticos, muerte.

7 comentarios:

José A. García dijo...

¿De qué lado quieren estar ustedes?

Les dejo esa duda.

Saludos

J.

maria candel dijo...

Depende,José,la rutina para los niños es seguridad, sus horas de comida, de sueño, etc, hacen que su mundo les parezca seguro y fiable, para los adultos, la rutina acaba con muchas cosas de la vida, entre ellas la pasión y la curiosidad por vivir experiencias, la creatividad; todo depende...
Interesante escrito y propuesta.
Un abrazo

Xindansvinto dijo...

Vivimos la muerte de nuestras almas y ellas mueren nuestra vida...

Anónimo dijo...

Para mí, toda rutina es muerte. Aunque es tan pavorosamente fácil caer en una...

José A. García dijo...

Nada más fácil que decirnos todos los días: "hoy voy a hacer algo diferente..."

Y no darnos cuenta de nada.

Saludos!

J.

Esilleviana dijo...

Entiendo tus palabras porque observar nuestro alrededor, mirar con ojos nuevos supone esfuerzo, cansancio, entrega y dedicación que no siempre estamos dispuestos a proporcionar a esa labor. Pero tendríamos que leer más palabras como las tuyas que nos recordaran que hay que recargan nuestra página diaria...

un abrazo

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Lo extraño puede estar muy cerca, lo que convencionalmente se conoce como realidad me parece algo extraño.