viernes, 25 de febrero de 2011

Edificios Muertos

Miraba el paisaje a través de las ventanas del vacío tren. A ambos lados se veían edificios altos, esbeltos, hundiéndose en el suelo, con infinitos pisos, infinitos escalones, ventanas y columnas.
Edificio junto a edificio, uno detrás de otro, en una continuidad profana y sin nombre. Sin sentido. Sin belleza. Miles de departamentos, uno sobre otro. Anónimos. Ocupados o desocupados. Con gente o sin ella.
¿Quién se atreve a vivir en esos edificios viejos, grises, abandonados que crecen al costado de las vías? Imposible saberlo. Las personas se aíslan en sus universos personales; sin percatarse de los millones de otros seres que respiran el mismo aire, beben de la misma agua, y generan la misma basura que, por otro lado, hacen exactamente lo mismo.
¿Vive alguien? ¿En algún edificio? ¿En alguna oficina? ¿En algún trozo del inhóspito mundo? Lo ignoro. Mi universo particular lo desconoce, no registra a nadie más que a mí mismo. Y es feliz así. Y es suficiente. Y es.
Los edificios continúan sucediéndose, como ojos anónimos que miran hacia un mundo olvidado. ¿Hay alguien allí? ¿Cómo saberlo? La imaginación no llega a tanto.
¿A quién preguntarle cuando no hay nadie más?
Las dudas no tienen el peso de antaño. Ahora resultan soportables; se puede vivir con ellas. El diálogo interpersonal es un arte extinto. ¿Para qué preguntar si la duda no me carcome?
¿Para qué esforzarse/me?
Edificios vacíos, tantos escalones, tantos lugares ignorados…
¿Hay alguien allí?

14 comentarios:

Torcuato dijo...

Me apasiona ese tema. El saber que hay gente tras esas ventanas que vemos al pasear. Tras esas ventanas hay alegría y drama, soledad y fiesta, ronquidos o sueño sereno. En definitiva, vidas que no son la nuestra, o si.
Un abrazo Jose A.

Unknown dijo...

muy interesante, un saludo

Sole dijo...

¿Y si las hay?... sinceramente yo no me animaría a tocarles los timbres.
Un abrazo.
Sole

eMiLiA dijo...

Muy bueno.
A veces siento como si fuera una intriga instantánea. ¿Qué hay ahí? ¿Quiénes? Y luego nada, de vuelta al mundo interior. Ya nada más importa.

Un abrazo!

Anónimo dijo...

Está escrito con mucha intriga y la genera sobremanera. A tal punto que me recuerda a "El Fantasma de la Opera" versionada por el grandísimo Narciso Ibáñez Menta, cuando preguntaba "¿quedó alguien en los camerinos?" Hablándole a un enorme y vacío teatro...
Abrazo cariñoso, tras un tiempo sin charlar.
Celeste

Geraldine, dijo...

quizás el otro sea solo una percepcion....claro que la gente ha olvidado las relaciones interpersonales...existen los auriculares para escuchar musica en el celular o el ipod...solo basta subirse a un colectivo y ver que todos son burbujas separadas....

serafin p g dijo...

me gustan las edificaciones grises, abandonadas, amontonadas. me resultan más vivas que las otras, nuevas, recién pintadas, prolijas, habitadas. Como que estas últimas, las nuevas, están sujetas a la voluntad del hombre, en cambio, las otras, cobran con la ayuda del tiempo y el albedrío una existencia más auténtica.

gran texto josé, saludos!!

Anónimo dijo...

"Cada persona es un mundo"

Joe dijo...

Siempre me pregunto sobre la historia de los que viven en esos edificios, son miles de pequeñas historias, seguramente muy aburridas, =P

jlg

Caro Pé dijo...

Sí hay alguien aquí José. Yo

"Las personas viven aisladas en sus universos personales"
Hay alguien allí leyéndome?
Eh?
Saludos!

Thor_Maltes dijo...

Interesante relato, sobre un tema similar lei en una materia en la univ sobre los "edificios enfermos"

Manco Cretino dijo...

"Edificios vacios... lugares ignorados".
Aporto: Personas vacías, vidas ignoradas, amigazo. Y sumemos el vacío en la hipocrecía. Chan chan!
Volví por los pagos de http://revistadeacaydealla.blogspot.com/

Noelia A dijo...

"Las dudas no tienen el peso de antaño. Ahora son soportables; se puede vivir con ellas. "
Esa es una reflexión muy buena. Pareciera que hoy nadie se planteara misterios, que nadie viera a las grandes incógnitas de la humanidad con un poco siquiera de curiosidad. Y la frivolidad en los pocos diálogos seudo filosóficos que afloren caen en la frivolidad. No se puede pensar mucho. La duda no está de moda, parece, ni tampoco la curiosidad existencial.

Un abrazo

José A. García dijo...

Torcuato: A veces creo que hay demasiada gente en el mundo que se pasa la vida sin conocer a nadie, siquiera a sus propios vecinos. Y eso puede parecer nada para ellos, pero para alguien ávido de historias, es terrible.

Marian: Gracias por la visita y por el comentario.

Sole: ¿Quién te dice que alguna de ella te abriría la puerta?

Emilia: ¿Quiénes son? ¿Qué hacen de sus vidas? ¿Cómo pasan el tiempo? Son muchas preguntas para dejarlas sin respuestas.

Anónimo/Celeste: Gracias por volver. Narciso es uno de los grandes olvidados del cine, y de las artes, nacionales, por eso prefirió morirse en España antes que quedarse a ver cómo se lo olvida en esta ingrata tierra.

Geraldine: Aprendimos a coexistir pero olvidamos como convivir. Es cierto.

Serafín: Nunca pensé en un edificio como un ente vivo. Pero tu explicación me dio varias ideas interesantes…

Bey0ndinvisible: Es imposible olvidarse de ello.

Joe: Extremadamente aburridas, por eso viven encerrados en edificios con pocas ventanas.

Caro Pé: Sufris, este, eh, digo: ¿Vivis en un edificio?

Thor: ¿En esos edificios enfermos también vivía gente enferma y temerosa?

Manco: Todo aporte es bienvenido y será tendido en cuenta para futuras actualizaciones.

Noelia: Nadie quiere preguntarse nada. Nos han acostumbrado a recibir todo en bandeja, masticado, digerido y asimilado por los medios de comunicación para no tener que esforzarnos por salir al mundo a buscar nuestra propia realidad. ¿Para qué salir si Internet nos acerca al mundo? Mientras nos aleja de las personas…

Saludos a tod@s.

J.