Estábamos quedando sin municiones.
Diezmados y sin posibilidad de recibir refuerzo alguno, veíamos cómo nos
cercaban las fuerzas enemigas cercándonos en aquel improvisado refugio en que
nos acogiéramos en la necesidad.
Imposible pero
cierto, sus fuerzas crecían. A cada instante notábamos que eran más y más. Nosotros,
en cambio, no hacíamos más que menguar.
Cuidábamos
cada munición como si fuera la última. Buscábamos obtener la mayor efectividad
posible, la conversión de los blancos, de los elegidos, de cualquiera que fuera
alcanzado, en un aliado que luchara desde el llano, desde el centro mismo de
las opresivas fuerzas que nos sofocaban.
Mis compañeros
desfallecían, éramos los últimos, lo sabíamos desde el momento en que la radio
había dejado de transmitir los mensajes habituales. Por eso y porque en el
cielo ya no se veían las señales de nuestros superiores. A pesar de todo,
continuábamos.
Era la nuestra
una causa perdida, con armas inservibles y tácticas obsoletas, sin nada más
para ofrecer que nuestras propias vidas, nuestros conocimientos y experiencias,
como única herramienta para la causa.
Los cada vez
más espaciados disparos desde la trinchera a mi costado me dio a entender que
era el único armero que seguía en pie, el único al que lo inevitable aún no
había logrado doblegar.
Miré a mí
alrededor y lo encontré al artillero, era el Doctor Gómez, quien me devolvió la
mirada impasible.
—Al parecer sólo
quedamos nosotros —dijo sin un atisbo de sonrisa en el rostro—. Las fuerzas de
la Ignorancia nos rodean, y estrechan su cerco.
—¿Municiones?
—pregunté.
—Únicamente esto
—respondió levantando un grueso tomo del Diccionario de Usos y Costumbres
Lingüísticas de la Lengua, una encuadernación de lujo, de tapa dura y pesado
como piedra—. ¿Servirá?
—Por supuesto
que sí.
—Adelante
entonces, Profesor —dijo Gómez preparando mi lanza-conocimientos.
—¡Hasta la
Última Palabra! —grité repitiendo la máxima que nos guiara en nuestra tarea;
luego comencé a disparar por última vez los proyectiles cargados de dudas,
curiosidad y preguntas, buscando que alguno de ellos, alguna vez, en algún momento,
se detuviera a pensar por sí mismo, entonces sabríamos que nuestro esfuerzo no había
sido en vano.
17 comentarios:
En Argentina, 8 de cada 10 chicos en edad escolar no tiene hábito de lectura.
La ciencia ficción nos rodea, está ahí afuera. Sólo hay que saber dónde mirar.
Saludos
Terrible estadística y como sabemos, en matemática 2+2 es 4.
Doy fe, tengo alumnos de quinto año a quienes les pido lean un parrafo de 10 renglones y ni siquiera te frenan delante de una coma.
Y más arriba en los estratos nacionales... todavía están debatiendo si arrancan o no las clases.
¿Sabés que creo yo? Que éstas cosas solo podemos verlas y nos interesan a quienes solo vivimos en paz al tener todos los mails enviados y ninguno en borrador.
Beso!
es verdad
eso es lo bueno de la mitología
nos hace de dar cuenta que tan mierda somos y que tan miserables
lemos poco es verdad
somos la ficción-
www.myspace.com/primerhombreinternacional
Hay que abolir la educación, sí señor.
En la edad media (aquella época oscura en que los blancos aprendimos a educarnos -sin afirmar que hayamos tenido éxito-) los libros traían poco texto pero muchos y muy lindos dibujitos, sí señor.
En esta me tomaste por sorpresa, pensé que con el libro iban a hablar con los otros.
Alguna vez tenés que publicar estos "cuentos de blog"
jlg
Bueno, tal vez este post me haya aclarado dudas... sigo buscando azúcar...
Un beso.
LADY JONES
me suena esperanzador...
Muy bueno, la estadisticas da escalofrio...
saludos
Druida.
Qué buen post, Dragón.
Sin palabras... ehh... no, digo que... eehmm... me quedé sin palabras.
Enmudecido... Manco Cretino
Habría que inventar una bomba-dispara-curiosidad-y-duda, para cierto país ubicado al norte del sur...
Buen texto. Saludos.
tremenda batalla se dispusieron a librar, no pretendo la victoria, me conformo con la lucha eterna.
saludos!
Wow...Es difícil ver que los demás se pierden de algo que crees indispensable para intelecto.
Es feo saber que no quieren leer,...
pero es horrible sospechar que sea por que no los dejaron aprender ,por que no les regalaron lo mínimo para poder interesarse, lo mínimo de educación ,lo mínimo de amor, lo mínimo de cuidado, lo mínimo de respeto por la vida.
Malthus y dragón...espero no molestar metiendo esta curiosidad ( por lo menos a mi me gustó), pero un aumento del acido úrico en sangre o de otro agente caotrópico ,hace q tengas un nivel de entropía peligroso ,desnaturalizando(desde sus puentes moleculares) las proteínas necesarias para la vida que forman a tu cuerpo.
Andreita: Con mis alumnos sucede lo mismo. Es tétrico imaginar un futuro semejante.
Marto Calabrese: Para qué leer si algún dia van a hacer la película, ¿no?
Malthus: La Edad Media es una falacia. Me extraña tu comentario, más viniendo de quien viene...
Joe: ¿Para pegarles en la cabeza hasta que entren en razón? Nah, ya lo intenté y no sirve.
Un Saxofonista: No sólo de azúcar vive el hombre Lady Jones. Pero creo que algún día llegará.
Geraldine: ¿Dónde? Mi intensión era muy otra...
Druida de Noche: Eso mismo sentí yo, y me motivó éste escrito.
Manco Cretino: Mejor así, hay que saber usar el lenguaje...
Omar: Esa es una buena idea, pero una bomba que no mata a nadie no creo que sea negocio para los 'hace-bombas'.
Serafin: La eternidad y un día para lograr que los pibes le pierdan el asco a los libros.
Pezogro: Gracias por el aporte. Y yo no soy el unico que cree que los libros son necesario para el intelecto. Una persona que lee, o que tiene acceso a la lectura tiene un manejo del lenguaje y de las expresiones lingüisticas mucho más fluido que alguien que sólo se dedica a, por ejemplo, ver televisión, donde en promedio no se utilizan más unas 300 palabras.
Saludos a tod@s
Parafraseando un poco... "iba inoculando canallas, con su cañon de futuro"
Saludos!
Decir que la edad media es una falacia es como negar la preadolescencia.
Todos tenemos el eros a punto de ebullición por los trece años.
jajaj muy bueno!!
lea señor, si puede
a wilfred owen, un gran poeta bélico
porque nadie hace peliculas de poemas jajaj
y claro, siga escribiendo que bien lo hace
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