Nunca hablaba de sus heridas; nosotros
no le preguntábamos.
Nunca mencionaba si su cabello,
alguna vez, había sido diferente al gris.
Nunca contaba sobre las lágrimas derramadas.
Nunca nada dijo acerca de risas y
diversiones de su pasado.
Nunca usaba la palabra ayer,
siempre todo era hoy.
Nunca había menciones a su
historia en sus palabras.
Nunca se refería al tiempo antes
de conocernos.
Nunca insinuaba nada acerca de su
vida amorosa; tampoco queríamos saberlo.
Siempre intentaba sonreír, varias
veces la vi esforzándose por hacerlo.
Siempre ignoraba nuestras preguntas.
Siempre alguna frase sutil o
fútil brotaba de sus labios.
Siempre estaba dispuesta a
divertirse, quizás porque así era más fácil olvidar (¿olvidar qué?).
Siempre miraba las estrellas
fugaces en silencio.
Siempre estaba alerta para oír
todo lo que sucedía a su alrededor.
Siempre pensamos que escondía
algo…
Sobre todo porque cuanto más
tiempo pasaba, más hablaba de sus preciosas medias de rombos. Esas que nunca nadie miraba.
3 comentarios:
:)
A veces hay cargas emocionales que pensas que juegan en contra y no te traicionan !
sin comentarios.
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